viernes, 18 de marzo de 2016

Uluru y Olgas

También  tenía ya planificada la siguiente parada. En Australia hay que planificar más. Dejo el coche en el aeropuerto con un poco  de stress, casi perdemos el vuelo por los atascos de entrada en Melbourne por la lluvia. Pero llegamos a tiempo.

Volamos a Uluru. Al parque nacional. Una de las cosas que tenia pendientes de visita, no sólo en Australia sino a nivel mundial, uno de esos sitios a los que siempre quise venir. A ver la Roca. La piedra más grande del mundo. Aislada en el desierto y parte importante de la cultura aborigen.


Por primera vez en diez meses me apunto a un tour pero es la única forma de venir aquí si no quieres conducir 3000km sin ver nada. Además es una zona puramente turística con todas sus trampas pero a precios australianos. Los coches se alquilan con sólo 100 km por día,  las gasolina es el 50% más caro, no se puede dormir en casi ningún sitio, .... así que al tour, a uno que me recomendó un tipo en Cairns. A dormir en el desierto al aire libre y  ver los más importante en tres días. 

Aterrizamos en Uluru a las 12.00 y allí nos recoge nuestro mini autobús con remolque,  vamos 24, un poco de todas las edades y países,  pero mucho alemán y ningún español más.  Es un grupo agradable y tranquilo que no molesta. Curiosamente mi extroversion natural se encoge en estas situaciones y grupos y hablo muy poco con el resto estos días.


Y al fin el Uluru.  Bonito. Impresionante. Pero me decepciona un poco. Es de los pocos sitios que siempre había visto que no supera mis expectativas,  otros como Macchu Pichu o el Taj Mahal o Petra o tantos otros siempre me han dejado medio en éxtasis, a pesar de haberlos vistos mil veces en foto o en la tele. Aquí no me pasa. No sé si es el sitio o soy yo.

La he visto desde el avión, no me parecía el Uluru desde tan alto, se veía pequeña. Ya de cerca si la reconozco. Desde la distancia es bonita, ese perfil rojo pulido contra un cielo de nubes bajas que sin embargo le dan gran profundidad. Y lo que más me sorprende, un verde intenso en un suelo que yo suponía totalmente desértico.


En el centro de interpretación  los aborígenes han escrito su historia - bueno, la han dictado, porque ellos no tienen escritura - Un lugar sagrado para ellos, con sus mitos y leyendas. No es una cultura que me vuelva loco, curioso si es, pero sorprendentemente atrasada. Pueblo de caza y recolección,  sin agricultura, ganadería o pesca. Con un lenguaje de 800 palabras, cuentan sólo hasta tres, .... luego todo es mucho....no hacen falta más números.

Hay una estúpida discusión sobre subir o no a la roca, al ser sagrada a los aborígenes no le gusta. Pero no está prohibido, incluso hay una cadena para que puedas subir, pero todo el mundo se esfuerza en convencerte para que no lo hagas. No sé porqué no lo prohíben directamente. No subo, no me parece bien.


Le damos varias vueltas a la roca por varias zona. De cerca me gusta más.  Más espectacular. Rojo intenso y formas distintas. Vemos varias cuevas sagradas para los aborígenes,  de niños, hombres, mujeres y ancianos. La de las mujeres se llama Mala Puta, significa bolsa de Wallaby, quien lo diría. 

Algunas de las leyendas locales son curiosas, con su mitología propia y sus marcas dejadas en el paisaje. Casi todos los accidentes del terreno, que son pocos, se explican a través de sus leyendas, la lucha entre las serpientes, el ataque del dingo gigante, ... pero lo que más me gusta es la roca en si.


Parece ser que que tiene hasta 6 kilómetros bajo tierra, como un iceberg,  la cumbre a solo 350 metros. Restos de cuando aquí había un océano que dejó los restos sedimentados  hasta que un movimiento tectónico le dio la vuelta y la dejó como esta hoy, sólo que ahora oxidada, que es lo que le da el color rojo.

Y agua. Que desierto más raro. Con agua y verde. Más tarde aprenderé que toda esta zona tiene aguas subterráneas  y es lo ue mantiene la vegetación y la vida. Sólo desde el avión veo el verdadero centro rojo del país.  Seco y desierto.


Nos retiramos a ver la puesta de sol desde el campamento. La vista del horizonte es interminable. Pero como la salida del sol al día siguiente no es especialmente espectacular. Al menos estos días.  Parece ser que las vistas de amanecer y atardecer es uno de los grandes reclamos turísticos mundiales en cualquier lugar visitable. 

Mi primera noche en vivac. Otra cosa nueva. Duermo en un swag, un saco australiano de dormir, impermeable que incluye colchón y almohada. Parece ser que era lo que utilizaban los pioneros en sus viajes, te permitía parar en cualquier sitio, aunque con los bichos venenosos de aquí es poco tranquilizador.

Al día siguiente hacemos las Olgas,  un sitio que sólo descubrí que existía cuando empecé a preparar este tramo de viaje. Es una formación parecida al Uluru pero distinta. El proceso de formación es el mismo,  pero mientras que el Uluru  condensó la arena en una gran roca aquí se junto el sedimento en forma de roca, así que las formaciones son de un inmenso conglomerado de piedras. Y el mismo rojo intenso.


Tenemos mucha suerte con el clima. Por la noche he tenido casi hasta frío, aunque eso me ha permitido ver las estrellas de madrugada. Durante el día no hace excesivo calor y eso nos permite hacer el trekking circular en las Olgas de unas tres horas. Hacía meses que no se podía hacer, aquí en verano llegan a los 48 grados y este trekking cierra como muchos otros. Los madrugones  no te los quita nadie,  hoy a las 5.20am y despertado con la música de Indiana Jones.

A esta zona los aborígenes la llaman muchas cabezas por las 36 formaciones rocosas que han quedado. A partir de 3 ya son muchas para ellos. En su mitología representan a los que formaron su mundo y es un sitio más sagrado que el Uluru.

El paseo da toda la vuelta a las cabezas y pasa por un desfiladero que queda entre ellas, muy visual. La formación la hemos estado viendo desde el primer día desde las distancia. Es lo único que se levanta del suelo en esta zona.


Al desconocerlo  por completo el paseo me ha sorprendido y me ha gustado bastante, un paisaje salvaje y distinto. De nuevo mucha vegetación en una zona que yo creía desierta.


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