Devuelto el coche sin novedad, menos mal, algún arañazo en las llantas llevaba y siempre te temes lo peor (tienen mi tarjeta de credito). La compañía nos lleva al aeropuerto gratis, un mini ahorro y volamos con Tigerair. En Melbourne vamos a probar airbnb, alojamiento nuevo, entre particulares, nos lo recomendaron en Tioman la pareja de Menorca. En las ciudades parece una buena alternativa a los hoteles.
Estamos cinco días en Melbourne, pero como ciudad de paso no porque la visita merezca tanto tiempo, de hecho es una ciudad totalmente prescindible. Sin duda un gran sitio para vivir, limpia, segura, moderna, con playa. ... pero con casi nada interesante para visitar.
La ciudad es mucho más multi cultural que la zona de Cairns, de hecho me sorprende la cantidad de chinos, indios, árabes, que se ven en la ciudad. Nos quedamos en una zona que se llama Kesington fuera del centro y aquí es todavía más patente.
Además de organizarse para el resto de los destinos nos damos unas cuantas vueltas por la ciudad, hay poco que destacar aunque se pasea de manera agradable por toda la ciudad. Es la segunda ciudad de Australia, más de 4 millones de habitantes, pero no se nota.
Lo que más me ha gustado han sido algunos restos que que quedan del siglo XIX, la visión de aquellos años. Se conserva el palacio de las exposiciones universales de 1880 y 1888, la misma filosofía de la ciudad de los prodigios. Es Patrimonio de la Humanidad. Es el único edificio que se conserva intacto en el mundo de esta época de exposiciones. Al lado está el Museo de la ciudad que no me termina de atraer.
En la zona de Santa Kilda tienen una playa estupenda de larga, aunque tiene tantas conchas que casi hay que ser faquir para andar por ella. Está poco llena para ser domingo y hacer buen día, pero si se ve buen ambiente familiar.
Aquí también quedan elementos curiosos del siglo XIX, sobre todos los ligados al ocio y la relajación. Hay un parque de atracciones de 1900, Luna Park, que tiene la montaña rusa más antigua del mundo, toda de madera todavía se conserva y funciona. Todo el parque al lado de la playa parece sacado de una película antigua. También el teatro y cine que está pegado al parque.
La costa se respeta bastante y los edificios son antiguos o por lo menos no muy altos, nada que ver con nuestro desastre urbanístico. En el muelle tienen una reconstrucción del pabellón de madera que se les quemó en la 2003. Con la poca historia que tienen y de madera es difícil mantenerla. Me recuerda las zonas costeras de Inglaterra, sólo que allí no hay ningún sol.
Por aquí se ven muchos pájaros, y en teoría hay pingúinos, los más pequeños del mundo. No los veo con el calor y no me voy a esperar a que se haga de noche para verlos, parece ser que es una de las principales atracciones de la ciudad - sobre todo en Philip Island-
Toda la ciudad es muy verde y muy fácil de andar. Hay tranvías por todas partes, hay un circular que te da la vuelta al centro de la ciudad. Damos la vuelta por hacer algo pero no hay nada a destacar, todo muy nuevo, pulcro, pero con poca personalidad. Curiosamente es donde más turistas he visto en mucho tiempo, me imagino que australianos del interior.
Los parques tienen árboles descomunales y el jardín botánico está muy cuidado. Hay hasta 4 bodas en el interior, multitud de aves, y bellos lagos. Los árboles son tan bonitos y tan grandes en Australia que no hay gran diferencia entre el jardín y cualquier avenida.
Me cultivo en el Santuario del Recuerdo, un templo clásico y museo dedicado a los caídos en las guerras australianas. Inicialmente dedicado a los caídos en la I Guerra Mundial se fue ampliando con las siguientes.
Ya me había sorprendido la relevancia de las guerras en este país, muy de la tradición británica, pero es difícil de entender en un país tan alejado de algunas de ellas. Sobre todo en la I Guerra Mundial, cuando ya no es colonia, los australianos se alistan en masa para luchar en Europa. 400.000 alistados en un país con sólo 3 millones de hombres.
En general hay que reconocer que los ingleses han gestionado muy bien esta relación con los países de su entorno colonizador. Aún hoy la bandera australiana sigue llevando la bandera inglesa como si todavía fuera una colonia. La reina de Inglaterra sigue siendo la reina de Australia y aparece en todas sus monedas. Este tipo de símbolos, nada importantes en realidad, serian inadmisibles en cualquier otro lugar.
Más me han sorprendido los llamamientos a alistarse, en 1915, quince años después de ser independientes, y a pesar de haber nacido como colonias penales -con mucho irlandes - el sentimiento es de orgullo de poder ir a luchar por Inglaterra. Me imagino que habría una cierta mitificación de la guerra en aquella generación, pero aún así es un gran logro de educación inglés.
Melbourne tiene un gran centro insulso de edificios modernos, desde lejos el skyline no queda mal, pero desde cerca no parece gran cosa. Lo que si le sienta muy bien, además de la playa en la distancia, es el río que lo atraviesa. Un río de verdad que hace la ciudad más ciudad.
La plaza Federación parece el centro de actividad de esta parte de la ciudad, con la estación de tren al lado, la catedral, y una serie de edificios modernos que no hacen mal contraste, sobre todo se ve muy social. Muchas actividades en la plaza y en los alrededores.
Ya se están preparando para la F1. Aquí el deporte es muy importante. Se ve a los chicos practicando remo en el río, a los chavales jugando al fútbol o al cricket, grandes estadios en la ciudad, mucha gente corriendo. Hasta un museo tienen del deporte del que están muy orgullosos, obviamente me lo salto.
El mercado de Victoria también es del siglo XIX, de lo más antiguo aquí. Merece la pena darse un paseo, no es excepcional pero hay muy buen ambiente, alguna tienda curiosa, y para el que tenga espacio en la mochila hay souvenirs a buen precio.
Lo que también he detectado es un pequeño problema e incluso obsesión con la bebida. Es cierto que se ve gente tambaleándose y tirada por ahí, pero hay prohibiciones de beber en público en toda la ciudad. Incluso en los parques. Pero además hay carteles continuamente, no como en US que se sabe .... por las películas .
Y poco más, calles bastante vivas, con mucha gente. Uno de estos sitios que no pasa nada si no ves, pero que si vienes no lo pasas nada mal.
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