miércoles, 2 de marzo de 2016

Sur de Cairns

La  semana  se ha pasado  volando, es otro ritmo de viaje  al que  ya no estoy acostumbrado. Toca volver a Cairns, como cinco horas de coche aprovechando para ver algunas cosas y darnos algún baño en una playa desierta con red. 

La carretera está muy bien, muy fácil,  poco tráfico,  pero a 80 se hace largo hasta la primera parada. Volvemos por la A1, la autopista verde, entre Patrimonio de la Humanidad y parques naturales. Hay alguna obra, es curioso lo australianos que son los lugareños, con sus largas barbas, sus sombreros de cocodrilo dundee y sus tatuajes. Además se ve mucha gente mayor trabajando en todo, obras y supermercados. Se ve muy poco inmigrante por no decir ninguno. En Australia  tuvieron la frontera cerrada a los no blancos casi hasta los 70, y aquí se nota.

Paro para asomarme a ver Hinchinbrook Island, el mayor parque natural en una isla en Australia. Es un paisaje bonito, con un estuario verde y una isla llena de colinas que cubre todo el horizonte. En el paseito se ve algún lagarto como los de Malasia, pero no tan grandes.


También  paramos en un pueblo que se llama Cardwell, uno de estos pueblos de costa anchos y con playas descomunales. Aquí un tifón lo arrasó todo hace unos años. Desde el jetty se ve una playa interminable y salvaje,  desierta, por lo visto hay cocodrilos. Lo que yo veo son cuatro tortugas marinas que se salen a respirar. No hay nadie.

Todo seguido hasta Mission Beach donde vamos a pasar el día en la playa, vamos a la zona sur de la playa, muy tranquila, sólo una señora desnuda tomando el sol, un padre con un hijo que se van y nos dejan toda la playa con su red para nosotros. Aquí también comemos, con merlot.  Lujo de sitio.


Por la tarde a partir de las tres cogemos el camino de vuelta por una ruta de pueblos más pequeños. Toda esta zona es de cultivo, por aquí se producen el 90% de los plátanos del país,  papayas en plantación,  y sobre todo inmensas extensiones de caña de azúcar. Hay un tren de cestas de caña que cruza continuamente la carretera, todavia en uso.


La ruta por el desvío no es espectacular, no es diferente  de la carretera principal que a mi ya me parece rural. Hay un parque muy famoso construido por un español en los años 30, no parece gran cosa pero por lo visto es la atracción número 1 por aquí, el problema de no tener historia. Por supuesto me lo salto,  me parece terrible de feo desde fuera.

Antes de llegar a Cairns  paramos en otro sitio, en un pueblo que se llama Babimba, un pueblo con su hotel de madera por la visto el único construido por el Estado, pero nos desviamos para poder bañarme en un río de los de la selva. Está dentro de la zona verde, se llama Boulders, y es un sitio de selva y aguas cristalinas que se supone libre de bichos terribles. Esta fría e impresiona estar en el agua rodeado de tanto verde salvaje.


Y ya directo a Cairns, justo antes de llegar me meto en una rotonda al revés justo al salir de la gasolinera. No te puedes relajar, me llevo un buen susto, nunca me había pasado ni en UK. Me mantiene atento. Ha sido una semana estupenda, el coche consume poquísimo y al menos la gasolina aquí está muy barata entre 65 y 80 céntimos de euro, 1500 kilómetros por 75 euros!!!! Sin pasar de 100.

Me ha sorprendido  el paisaje,  la tranquilidad, lo salvaje, la poca gente que había en todos los lugares, casi nadie,  y la cantidad de vida animal por todos los sitios. Un balance perfecto entre desarrollo y naturaleza y comodidades. Un 10. Y aunque caro, de  momento no más que Europa, y eso sí mucha actividad organizada turística muy turística que simplemente se evita.

De vuelta al Geckos,  a cenar y seguir planes, mañana a Melbourne  con Tigerair.

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