jueves, 24 de marzo de 2016

Sidney

Sidney es una ciudad en una bahía. La ciudad más bonita del mundo por su ubicación natural, sólo superada por Río de Janeiro. La naturaleza allí aun es más impresionante pero la mano del hombre ha acertado menos que aquí en la arquitectura.


Ya había estado aquí antes pero no le había dado tiempo a apreciarlo.  Ya desde el avión la bahía se ve espectacular, una unión perfecta de arquitectura y naturaleza. Pie a tierra la impresión aún mejora, algo realmente difícil.

Repetimos air bnb pero con peor resultado que en Melbourne. Aún así estamos en un barrio estupendo al lado del centro,  en una zona que se llama Rozelle. Una península que da a la bahía y tiene más edificios históricos conservados que el resto del país. Me sorprende, y me gusta,  un barrio muy bohemio. Todo casas antiguas o restauradas, y algunas con vistas envidiables a la bahía. 

Estamos aquí cinco días con lo que me da tiempo de sobra para patearla. Y es una gran ciudad para andar, muy fácil de moverse a pie y con un centro relativamente compacto pese al mar. El transporte público es bueno aunque caro, con las tarjetas nuevas te puedes subir en todos los medios de transporte. Las tarifas me ha llevado días entenderlas. A partir del octavo viaje me ha salido gratis.


Desde Rozelle he pasado andando la primera vez por el puente Anzac, como tantos otros dedicados a la Primera Guerra Mundial. Callejeando se llega a Darling Harbour, la siguiente bahía,  esta mucho más comercial. Aquí hay un montón de museos y ocio entre comercial y terrible, desde Imax hasta museo de cera!!! Y mucha terracita para tomarse algo.

El centro más o  menos geográfico está en Town Hall, el ayuntamiento. Piedra y clasicismo inglés, bonito edificio al lado de la iglesia de San Andrés. Pero lo que realmente me gusta aquí es el Queen Victoria Building, para mi el edificio más bonito de la ciudad. También de piedra se construyó como un mercado en el siglo XIX. Hoy es un centro comercial muy estiloso con grandes relojes y perfectamente restaurado.


La zona de edificios modernos está por aquí,  ninguno llama especialmente la atención. Sólo la torre de telecomunicaciones, el Piruli local, como con una red de cables. Pero los edificios antiguos y modernos  se alternan y se integran.

En Adelaida, desde el avión,  se veía perfectamente toda la planificie de casas unifamiliares y luego un florecimiento de edificios modernos en el centro de lo que sería la City. Seguramente muy habitable pero desde la distancia muy poco apetecible de visitar. Sidney es distinto,  tiene personalidad.

Los parques están muy cuidados y se parecen mucho a los ingleses  en el estilo, aunque aquí como siempre los árboles son descomunales. Existe un Hyde Park, con sus estatuas clásicas y muy cómodo para descansar. Aquí también está la Catedral de Santa Maria, otro edificio de piedra neo clásico inglés muy aparente, hasta con  vidrieras.


Desde aquí y por la calle George - la primera del continente- y sus paralelas se baja hasta Circular Qay, la zona emblemática de Sidney. La foto de la ciudad, y a donde me acerco todos los días a pasear y disfrutar de la luz de este país que tanto me ha gustado. Pero antes, por toda esta calle  desde Hyde Park se encuentran todos los edificios históricos muy bien conservados: prisiones, administraciones, hospital, biblioteca .... muchos convertidos hoy en museo - casi todos gratis y casi todos prescindibles -

Y el jardín botánico,  otra isla verde gigante antes de llegar a la Opera y pegado a la bahía.  Más árboles descomunales y más sitios para descansar y pasear.  En cinco días Sidney me ha parecido un sitio muy tranquilo,  nunca demasiada gente, ni el bus, ni en la calle.


Por supuesto los pájaros también me siguen sorprendiendo, ya no las cacatúas que están por todos los sitios, así como los loros. Aquí la sorpresa es un  pájaro grande de pico curvo, como el médico de la peste de Venecia, que anda entre palomas y gaviotas buscando restos humanos.

Y finalmente la bahía,  y la Opera, y Harbour Bridge. Después de todos estos días a mi me gusta mucho más el puente que la Opera, pero es sólo una opinión. La Opera es el armadillo que le da la imagen a la Bahía,  ya convertida en Patrimonio de la Humanidad .


El puente, Harbour Bridge, le da profundidad y contexto. Pero además es bonito, piedra y metal. Y unas vistas estupendas. Lo he cruzado andando, pero no me he subido a el, ni el vértigo ni la entrada merecían la pena para seguir subiendo.

La bahía la descubres la primera vez desde el tren, cuando vienes del aeropuerto, y sorprende. Todo tan cerca. Si hay crucero en la bahía aun más.  Los barcos se levantan doce o catorce plantas, por encima de la Opera.


Aquí detrás hay una zona que se llama The Rocks, donde estaba una de las zonas originales de la colonia. Han dejado alguna  rincón y edificios antiguos realmente bonitos que te permite imaginar la actividad hace 200 años. Almacenes, casas, hoteles,  ... pero sobre todo pubs!!

En la zona de Queensland apenas vimos inmigrantes,  sin embargo en Sidney me sorprende que hay más asiáticos que australianos en las calles. Sobre todo por el centro no sabes si estas en Asia o Oceanía, bueno, el orden y la limpieza dan alguna pista. 

Más allá,  en la zona este de la ciudad, están  las playas. Que envidia de ciudad. Lo que le faltaba, unas playas estupendas con buen clima y poca gente!!! La más famosa es Bondi, por el Surf. Parece más una playa en un pueblo que en una ciudad.


Por la costa hay un paseo entre las rocas y entre las playas,  y desde aquí se ven perfectamente las olas y la fuerza del mar. Curiosamente  los locales vienen a ponerse al sol - ni una sombrilla con este sol que aquí quema- y a flotar con sus tablas. Bueno, aquí veo finalmente a alguno de pie encima de ella. Es curioso ver las tablas por todos los sitios, en todas las casas y terrazas, la gente caminando con ellas.


También mucho culto al cuerpo, mucho tío muy fuerte y sin camiseta. Mujeres menos. Mucha gente corriendo y haciendo ejercicio, a todas horas . Un poco como Río o como Miami,  con ese clima y con playa uno se enseña más. Hay que cuidarse. 

La zona es estupenda,  mucho mejor de lo que esperaba. Y además nos hemos podido hacer solomillos a la barbacoa. Pero sin alcohol, se ve que el problema persiste. No se puede consumir alcohol en muchos sitios de la ciudad.

Me he metido en varios museos porque me sobraba tiempo, sólo el The Rocks  me ha gustado, un edifico histórico que cuenta las cosas fáciles y bien. El de Arte Moderno o el de Arte sólo merecen la pena cuando llueve.... el tiempo ha sido en general bueno,  pero ha habido sus tormentas.


Y poco más en la ciudad, pero una gran ciudad, sin duda de las mejores del viaje, de las  mejores del mundo. Para vivir sin duda.

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