sábado, 12 de septiembre de 2015

PN Bako

El primer parque nacional de Borneo es Bako.  Parece ser que también es de los más completos, además es muy accesible desde Kuching.  Decidimos ir para allá y nos reservamos una noche en el albergue del parque para ir sin prisa y disfrutar más.  Lo gestionamos todo desde la oficina en Kuching. Eficiente y económico, 30 ringitt.

Otra vez madrugar pero menos. A las 9 cogemos el autobús y en menos de una hora se llega al río.  Desde aquí hay que tomar una barca que te lleva al parque, 20 ringitt por cabeza. El paseo en barca ya es una excursión,  se pasa por los pueblos de pescadores musulmanes con sus trampas extendidas en el río para pescar y se llega al parque tras 20 minutos.


El parque es una pequeña península rodeada por el mar. La llegada es a un manglar lleno de árboles muertos,  parece el paisaje de una película de miedo,  en plan Matanza de Texas. Aquí la amenaza de momento son solo los cangrejos violinistas y los peces caminantes del fango. El haze se nota más a primera hora de la mañana. 


El primer día nos hacemos un trekking hasta las playas, son unas tres horas entre ida y vuelta. La subida es bastante dura porque salva todo el desnivel con los acantilados de piedra. Todo el camino es sobre unas raíces que te destrozan los pies y los tobillos. 


Lo de selva impenetrable no es una metáfora fácil,  es simplemente una realidad.  El camino es todo de raíces que se agarran al suelo y agarran la tierra. Hacía los lados no es muy apetecible irse, no sólo por los ruidos, el sonido, sino porque la mayoría de los árboles tienen sus propias defensas, espinas casi todos, largas y duras!!


Cuando se llega a la llanura la superficie es de piedra y humedal,  todo el camino esta sembrado aquí de plantas carnívoras.  Las cerradas están llenas, con bicho en digestión. Esta variedad crece como una enredadera y se va enroscado en otras plantas.


El camino se bifurca para llegar a la playa grande. Esta sobre unos acantilados y se ve impresionante,  de momento no es recomendable bañarse por los cocodrilos. A la vuelta vemos a los primeros monos proboscis,  o sea los monos narigudos.

La playa pequeña está en la otra bifurcación,  también desde un acantilado con paisaje un poco lunar,  roca erosionada de una manera muy peculiar.  Abajo está la playa, a esta se puede bajar más fácilmente.  Desde aquí se puede volver en barca. Nosotros nos volvemos andando. Habíamos llevado comida así que nos ha sobrado tiempo.


Al llegar a la zona de recepción un mono narigudo nos hace una exhibición.  Lo vemos estupendamente, como nunca. Es muy grande, unos brazos larguísimos, sorprende lo ágil que es. La cola también muy larga,  parece cosida al cuerpo porque es de otro color. Y por supuesto su nariz.  Su expresión, parece un señor.  En Indonesia lo llamaban mono holandés. Impresionante.



Por la tarde hacemos un trekking a la zona del manglar. Está muy bien, es un ecosistema muy diferente y llegamos con marea baja. Es mucho más corto, una hora y media ida y vuelta.  El manglar está debajo del acantilado.  La playa esta llena de todo tipo de cangrejos, los mas curiosos aquí los ermitaños, muy grandes y poco tímidos.


A la vuelta nos pilla una tormenta tropical. En la selva no llueve, el agua se queda arriba. Llegamos a tiempo para cenar. Compartimos dormitorio con dos chicas de Madrid y Cuenca muy agradables, llevan un mes por Malasia. Después de cenar nos apuntamos a la ruta nocturna con los guardas del parque,  10 ringitt por cabeza.

Es un gran experiencia,  vamos solo 10 personas con  tres guardas, todos con linternas. De noche la selva todavía se oye mucho más.  Y vemos muchos animales nocturnos, un par de serpientes arborícolas,  insectos palos grandes y el insecto bastón,  arañas de todo tipo, todas muy grandes y terribles, y hasta una tarántula,  ranas varias y cantando, peces gato, termitas de fiesta nocturna como un río,  pájaros durmiendo por parejas,  un escorpión, ciempiés terrible de feo de patas largas que corre que se las pela, de película de miedo....


Y lo mejor, ya a la vuelta, un animal que hasta hace dos días no sabía que existía, el lemur volador. Un lemur como con capa. Lo descubrimos en un árbol,  avanza por el árbol hacia arriba dando saltos,  pero cuando escapa del árbol y se lanza a planear es realmente impresionante. Una cometa con piel.


Al día siguiente me levanto pronto, me encuentro al mono narizotas dando vueltas por la playa, si se pone de pie es tan alto como yo. Ya de noche estuvieron dando vueltas por aquí.


Sus primos los macacos de cola larga también andan por la playa, se ve curioso un mono tan cerca del mar, paseando por la playa. Estos son los típicos monos ladrones , a mi se me llevan el desayuno un día mientras ando comprando la barca de vuelta.

Cerca de la zona de comidas y por la playa también se ven cerdos salvajes, tienen barba y los machos adultos unos bigotes relevantes. De entre las barbas le sale un hocico extra largo. Es una mezcla entre cerdo, jabalí y fagocero.  Un animal curioso.



Hacemos otro trekking todo el día,  cuatro horas de paseo circular por un camino bastante bonito y agotador. El paseo por la selva es muy húmedo, y de nuevo hay kilómetros de raíces que hacen el andar difícil,  pero es la selva.


Además de mas monos en una parada nos encontramos una serpiente que se nos queda un buen rato mirando con su lengua amarilla y roja. La zona alta es toda de piedra. Mucha vegetación y mas plantas carnívoras,  estas de las de suelo. Volvemos por el mismo sitio salvando el desnivel y aprovechamos para comer antes de volver. En el camino de vuelta en la barca vemos al verdadero rey pescador,  el más grande, amarillo y azul.


Aquí el transporte está bastante bien  coordinado, se vuelve en autobús que sale cuando llegan las barcas. La cena ya en Kuching, en Chinatown.  A preparar el siguiente plan.



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