sábado, 5 de septiembre de 2015

Kapas

Pulau Kapas es el verdadero paraíso,  aunque parezca mentira todavía un poco escondido pese a lo cerca que está de la costa. Una isla con 6 o 7 playas estupendas que se comunican unas con otras, con arena blanca (Kapas significa algodón, Pulau isla), un mar lleno de coral, unos sitios super relajantes para quedarse,  muy poca gente y muy limpio.


Para ir a Kapas hay que tomar el SP Bumi hasta Marang.  Se llega en menos de media hora una vez que consigues tomar el bus. Te deja en la carretera y desde allí es un paseito hasta el Jetty. Esta bien organizado, cada dos horas sale una barca y llega enseguida en menos de 20 minutos. Antes de cruzar compramos unos mangos en el mercado local. Marang es todavía un pueblo de pescadores de verdad.

La primera visión de la isla desde cerca impresiona, por la playa y por lo desierto y tranquilo que se ve. El mecanismo para bajar y subir de la barca es muy básico pero funcional, tres escalones de madera que se pegan al barco, te ahorras ir al muelle, y están frente a un mar cristalino.


Nos quedamos la primera noche en un alojamiento en la zona mas al sur de la isla, se llama Longhouse,  es un sitio estupendo. Una casa de madera elevada sobre el suelo, con habitaciones grandes, un bar en la playa y unas cuantas tumbonas, sillas y hamacas. Todo metido entre los cocoteros. Muy tranquilo. Genial. Ni un ruido. La playa toda para nosotros, día y noche.


Luego nos movemos otras dos noches a la playa del centro, a un sitio que se llama KCB. Lo llevan unos españoles que también cocinan. El sitio tiene un poco más de ambiente y esto son chalets,  estos más cuidados que la media malaya. Buscar alojamiento en Kapas aunque sea con mochilas es casi una excursión,  están todos los sitios en la playa.


Nos pasamos los días básicamente tumbados, comiendo y paseando por las playas, por encima o por debajo del agua. Hay un trekking de un par de horas por la isla pero no lo hacemos,  la isla es bastante pequeña. Las comidas las hacemos en un sitio local muy tranquilo, las cenas en KCB con un toque español.


Las playas son espectaculares,  arena blanca y cocoteros, y absolutamente nadie en la playa durante gran parte del día. La verdad es que son a cada cual más bonita y salvaje. En algunas playas el agua es verde por el reflejo de los árboles.  Otras tienen el agua turquesa, donde cubre menos. Hay otra isla más pequeña con un SPA justo enfrente.


El snorkel es realmente fabuloso. Las anémonas están casi en bosques como no las había visto nunca, y por supuesto esta lleno de peces payaso, de todas las familias, y con todos los tipos de humor, saliendo al ataque cuando te acercas a sus casas.


El coral es increíble,  hay todo tipo de formaciones y son como bosques también.  Al bajar la marea casi no se puede salir del mar porque la barrera ocupa casi todo el litoral. Algún arañazo te llevas, ademas está lleno de unos erizos gigantes igual de amenazantes.


Otro día hacemos snorkel en la parte más norte de la isla. Es igualmente impresionante. Quizás mas. Todavía mas corales. Todos compactos. Cuernos de ciervo,  cerebros,  planos, .... se van juntando unos con otros. Al final del arrecife vemos 5 tiburones que nadan muy cerca de la superficie. También se ven otros peces curiosos,  como la cría del pez murciélago que es alargada y por detrás casi ni se ve. Nos vuelve a costar salir del agua, tendrán que poner indicaciones para proteger el coral.


Aquí es casi donde más hispanos hemos visto, sera por el relax de la isla. Incluido los voluntarios que están en KCB ayudando a cambio de alojamiento y comida. Un lugar excelente para quedarse. Echaremos de menos la vida en los chalets de la playa, vamos a islas más grandes. A Borneo.


Aprovechamos a última hora para irnos de la playa y disfrutar del día.  Nos volvemos con una familia de La Coruña. Hay que pasar por Kuala Terengganu.  De nuevo a esperar el SP Bumi.  Al rato de estar sentados esperando una pareja local se ofrece para llevarnos, son encantadores. Maestra y funcionario anti droga. Nos enseñan hasta un poco la ciudad y la playa y nos dejan en la estación de bus. De nuevo gente agradable local, que intenta ayudar sin que ni siquiera lo pidas.

Me he leído El Gran Gatsby de Scott Fitzgerald, en inglés,  en papel, me ha encantado la historia. Mucho más de lo que recordaba. Entiendo que no fuera muy popular cuando la escribió.  Los felices años 20, Jazz Age, pero ya muy cerca de la crisis. Es difícil no imaginarse a Robert Redford en el papel.



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