Bau es una ciudad a 30 km de Kuching, con ambiente muy chino y a la que nos acercamos principalmente para ver un par de cuevas. La logística es bastante complicada, nos vamos en un bus, el 2, que tarda más de una hora en llegar. La verdad es que no hemos madrugado mucho y para estas visitas hace falta.
La ciudad es prácticamente china, se ve por los templos, por los restaurantes, por la gente. Bau era una población minera, de oro, no se muy bien de que viven ahora. En la plaza tienen una curiosa estatua con unas plantas carnívoras y un minero señalando a la manera malaya, no con el índice sino con el pulgar y el puño cerrado, señalar con el índice es de mala educación.
Intentamos ir a ver las cuevas primero pero hemos perdido el bus de las 11.00 y hasta las 15.00 no hay otro, después de un poco de desesperación empezamos a buscar soluciones. Los locales son muy voluntariosos como siempre pero nos queda poco claro que se pueda ir andando, así que cogemos un taxi que nos lleva por 20 ringitt a la que está más lejos.
La ciudad es prácticamente china, se ve por los templos, por los restaurantes, por la gente. Bau era una población minera, de oro, no se muy bien de que viven ahora. En la plaza tienen una curiosa estatua con unas plantas carnívoras y un minero señalando a la manera malaya, no con el índice sino con el pulgar y el puño cerrado, señalar con el índice es de mala educación.
Intentamos ir a ver las cuevas primero pero hemos perdido el bus de las 11.00 y hasta las 15.00 no hay otro, después de un poco de desesperación empezamos a buscar soluciones. Los locales son muy voluntariosos como siempre pero nos queda poco claro que se pueda ir andando, así que cogemos un taxi que nos lleva por 20 ringitt a la que está más lejos.
La primera cueva se llama Fairy Cave, la cueva del hada. Es un gran agujero dentro de la montaña y se entra a ella a bastante altura, han construido unas escaleras muy feas en la entrada. Por cierto, 5 ringitt para el hombre blanco, 1 para el local. Se entra por una cavidad y hay que ir encontrando la luz, un poco mas hacia arriba se encuentra otra cavidad, y detrás la gran cueva.
Es una cueva descomunal de tamaño y abierta por el frente lo que permite verla muy bien por la luz, impresiona el tamaño y la claridad, pero no tiene las estalactitas y estalagmitas bonitas de otras cuevas (como tantas españolas, impresionantes, como Valporquero también por su tamaño). Aquí te guías tú, es fácil. Un poco de paseo por las profundidades e imaginar al hombre de las cavernas huyendo del oso. Se ve en un paseo de media hora.
Para salir de aquí vamos andando quince minutos al cruce principal y allí en seguida un local nos lleva en su pickup a la otra cueva, Wind Cave, la cueva del viento, está como a 4km. El hombre se desvía y nos lleva hasta la misma puerta, un encanto.
Estas cuevas son más alargadas, como túneles que penetran la montaña. De nuevo un paseo de poco más de media hora por tres sectores que serán como un 1 km en total. Esta si está totalmente a oscuras y tenemos que alquilar una linterna. La entrada igual que antes para el hombre blanco.
No hay mucha gente, sólo algún local de fin de semana, impresiona un poco la oscuridad pero sobre todo los ruidos. Las cuevas tienen bastantes murciélagos. Los que comen frutas un poco más grandes están cerca de la entrada, no usan sónar. Los que comen insectos están mucho más dentro y son bastante pequeños y algunos muy cabezones, estos si usan el sónar. Hablan de barbaridades de insectos la que consumen, toneladas.... el resultado se huele y se pisa, el guano.
También volvemos andando a la carretera principal, y ahora es una señora local la que nos lleva de vuelta a Bau en su Seat Panda. Curiosamente luego nos la encontraremos trabajando en el sitio local a donde nos vamos a comer unos noodles y a tomar unas cervezas.
Bau tiene un mercado muy colorido, y además de llevarnos unos mangos, disfruto de la colocación de los puestos y de su colorido. Ahora que hemos salido de las islas vemos muchos más mercados. Aquí usan mucho los platillos y cestas para poner las raciones de lo que venden, eso hace que la organización en los puestos sea perfecta.
Nos vamos de Bau en autobús, cogemos el 2 a la carrera y nos devuelve a Kuching. La vuelta se hace más rápida, pasamos por una zona pueblo que es mercado nocturna, son casas y tiendas chinas, pero todavía todas de madera, muy tradicional, casi no quedan así por los incendios.
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