Borneo. Otro de esos nombres que me encantan, que siempre me han atraído. Un sitio al que quería volver con más tiempo, y a la zona malaya.
Llegar hasta aquí desde Pulau Kapas requiere una barca, un transporte en coche local, autobús nocturno, tren al aeropuerto y avión que cogemos de casualidad porque estaba cancelado (nos suben al de antes). El autobús incomodo. El avión genial. 17 euros, dos horas de vuelo, muy amplio y con pantalla individual. Hacía tres meses que no volaba. Hacía más de diez años que no estaba tanto tiempo sin coger un avión.
Aterrizamos en Kuching. La capital de Sarawak, el estado más al oeste. Se mantiene en Malasia, pero con estatus independiente que se encargan de proteger. Te sellan al pasaporte al entrar, pero como a los malayos continentales que no se les permite quedarse a trabajar o a residir por más de 90 días.
Nos venimos en taxi (no hay bus) a Chinatown, para no perder la costumbre dormiremos aquí. Está muy cerca del río y del centro. Nos buscamos una casa lejos de casa. En este caso Three house. Estupenda y económica (13€), con salón de cine y cocina. De hecho el primer día nos dedicamos a descansar y a comprar un poco para hacernos una tortilla de patatas que ya iba necesitando.
Kuching significa gato, así que hay unas estatuas terribles por todos los sitios con gatos, no está claro de donde viene el nombre. Está al lado de un río enorme que se llama Sarawak, como el estado. Además de agradable desde Kuching se pueden hacer visitas muy interesantes, ida y vuelta o quedándose una noche fuera.
Además de Chinatown antigua y moderna quedan unos cuantos edificios clásicos que no coloniales en la ciudad. Aquí no tuvieron un Raffles, sino que el sultán de Brunei se trajo un contractor, un freelance, un autónomo!!! para que le ayudará a pacificar el área. Se llamaba James Brooke. Y lo hizo tan bien que el sultán le nombró Rajá, dando lugar a lo que se conoce como los rajás blancos que tuvieron aquí el control casi 100 años, casi hasta la II Guerra Mundial y por lo visto lo hicieron muy bien. Por el camino se convirtieron en colonias inglesas.
El río separa la ciudad. Enfrente está el nuevo parlamento con forma de paraguas, el palacio antiguo que es ahora del Sultán, el fuerte margarita y pueblos o barrios tranquilos donde nos pasamos a comer o a cenar algunos días. Para cruzar siguen funcionado las barcas del siglo XIX, todas de madera, muy orientales, con barqueros casi igual de antiguos. Ahora ya con un pequeño motor en la embarcación. Siguen teniendo mucho encanto y son muy fotogénicas.
La gente es encantadora y tranquila. Cocinamos a veces y comemos fuera otras, ya nos conocemos el vocabulario. Todavía no hemos probado la especialidad local, laksa, sopa de coco con fideos para desayunar. Hacen unos bollos hiper calóricos e hiper coloridos, todo mantequilla, pesan un montón, pero algunos están bastante ricos. La cerveza abundante y de contrabando.
Hay algún museo curioso. Siempre está bien empezar por ahí para aprender algo de historia y naturaleza. El museo de Sarawak es de ciencias naturales y etnológico. Lo fundó hace más de 150 años un coetáneo de Darwin y seguidor de sus teorías, de ahí que tenga una parte de ciencias naturales sacada del siglo XIX, pero con alguna cosa curiosa. Los animales disecados están apolillados. Lo que han ido encontrando dentro de los cocodrilos que se comían personas mejor no mirarlo. Me ha recordado un museo muy peculiar al que fui hace 20 años en Mar de Plata.
La zona etnológica es una introducción a las tribu locales, son más de 40 y tienen cientos de dialectos. Lo más espectacular es una reproducción de una casa local, con sus cabezas cortadas. La artesanía y las creencias también son curiosas. Fuera tiene grandes totems tallados, hechos de árboles gigantes, por dentro son huecos para las urnas funerarias. Alguno es doble y tiene la tumba en la zona superior.
Es un poco como la isla de los museos en Berlín, pero otro nivel. También hay un acuario de peces de río, con bichos muy curiosos: peces transparentes, albinos, como tubos, como piedras, .... nunca pensé que en los ríos hubiera tanta variedad, se ve que aquí si. Por cierto, todo es gratis.
Al final hemos estado 10 días en Kuching como centro de operaciones, con todas las excursiones, preparación de viaje, logística varía, y perrear. La guesthouse es realmente como estar en casa y las chicas que lo llevan un encanto, se nos ha hecho difícil irnos.
Por la parte de la preparación de viaje hemos aprovechado para sacarnos la visa de 60 días para Indonesia, hay consulado en Kuching y te lo dan en el mismo día, solo necesitas vuelo de entrada y salida y 35 euros. Lo hemos descubierto casi por casualidad, pero al tener que sacar los vuelos ya he pensado un poco el recorrido en Indonesia, será sin prisa y seguramente pasaremos por Sulawesi, temas pendientes en Java y Bali, y algo de Sumatra. Desde junio 2015 se puede entrar gratis 30 días, pero improrrogable. La de un mes de pago prorrogable es más cara, y luego necesitas hasta 4 días allí para extenderla. La logística en Indonesia entre islas es muy complicada, los 60 días darán más libertad y tiempo.
También hemos preparado el resto del viaje por Borneo, la logística aquí es complicada también, no es como el continente, y tenemos que reservar algunas actividades, calcular transportes y días, y a la vez ir lo más relajados posibles. Vamos a subir por la costa de Borneo, cruzar Brunei, y pasar unos 15 días en Sabah.
La parte de la logística ha sido ya necesaria, desde llevar las sandalias al zapatero callejero que me las ha dejado nuevas por 1 euro; hacer la colada que aquí te la hacen en la guesthouse y te la devuelven seca y colocada, un lujo por 2 euros; conseguir libros de playa nuevos (gratis en la guesthouse de intercambio).
Hemos conocido a unos chicos encantadores de Asturias y Teruel que viven en Singapur, llevan mucho tiempo fuera, antes en Boston, y nos han dado buenos consejos e ideas para viajar por los parques naturales de Estados Unidos. Además nos hemos echado unas risas, ... al ir a tomar unas cervezas le he dado sin querer una patada a un tarro de cenizas chino de una ceremonia sagrada y me han mirado los locales con unas caras terribles, ha sido sin querer, espero que no me pase factura. Estaban montando grandes hogeras por las calles y frente a los templos, creo que es la ceremonia del fantasma hambriento, para tenerlo alejado de las casas.
También nos hemos acercado a ver el mercado de fin de semana. Está al otro lado del río Sarawak en unos edificios nuevos. Aquí también está todo muy ordenado, con las raciones de platos y cestas. Las frutas y los chilis dan colorido, es fácil entender el picante en las comidas después de ver un mercado.
Aquí también hay mucho pescado, también muy organizado, con muchos peces desconocidos y exóticos, con grandes rayas que cortan en pedazos, barracudas, peces de arrecife, gambas, cangrejos y caracoles. También todos los locales muy agradables, y sonrientes, un ambiente bastante festivo.
El la zona del food court tienen orquesta y tienen karaoke, no lo hacen mal. Somos los únicos blancos hoy en el mercado, así que todo el mundo nos pregunta. En la parte de atrás el mercado se extiende por los aparcamientos. También nos hemos venido en bus local, la vuelta en una furgoneta con unos locales. Aquí nos ayudan hasta a cruzar la carretera como en El Cairo.
Las comidas han sido caseras y externas, pero hemos aprovechado bastante la cocina que ya le teníamos ganas a la tortilla de patata. Fuera hemos probado un poco de todo, han sido muchos días. Junto al río, en el paseo. Al otro lado, en la zona de los pueblos. En Chinatown en algún sitio más moderno, como el Wrong Place. En Food courts. En lo alto de un parking han montado uno estupendo, se llama Top Spott. Especializado en seafood que también le teníamos ganas, pez loro, calamares, gambas, .... los clásicos.
Como aquí el lujo es el cine hemos reducido lectura y he aprovechado para verme algunos clásicos y alguna pendiente. Apocalipsis Now que tenia pendiente una revisión de la versión del autor y 12 Monos de Terry Gilliam. También me ha gustado el Libro de Eli, Los Idus de Marzo y La duda.
Kuching nos ha dado la tranquilidad de casa y el descanso, y el acceso a la gente local y las actividades del trópico en Borneo. Lo único malo ha sido que los últimos días ya hemos sufrido el haze, la niebla por la quema de árboles en la parte indonesia. Realmente es humo, ¿cómo de grandes serán esos fuegos? ¿Cuántos años aguantará el planeta esa explotación?
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