Australia. Al fin. Que lejos. Otro continente, el último que me queda por ver bien. Y que distinto. Sobre todo después de venir de nueve meses por Asia. La llegada ha sido como esperaba, el control aduanero más estricto de todo este tiempo, mil preguntas, revisión de equipaje detallada y más, pero todo con muy buena educación.
Entramos por Cairns, y me sorprende, me encanta, una ciudad de lujo con casas bajas, grandes espacios y que se encuentra en un parque natural por todos los sitios. Tienen una especie de eslogan turístico por esta zona donde la selva tropical se encuentra con el arrecife de coral, pero la realidad es mucho mejor porque esta muy bien cuidado y salvaje a la vez.
Nos venimos a un sitio que se llama Geckos, estamos de cine los tres días, aunque salimos poco seguimos en modo planificador y hasta estresado, que verguenza! Pero es así, me está costando mucho cerrar como movernos, los sitios, los transportes y demás .... me he acostumbrado mal a Asia, mucho tiempo, muy barato, muy fácil. Aquí nos cocinamos un poco que ganas teníamos y para eso estos sitios son estupendos. El Geckos es muy tranquilo, no hay las multitudes de chavales que están más cerca de la playa..... aunque aquí de verdad tenia que haber venido hace 20 años. He oído hablar mucho del ambiente, en plan crítico, pero a mi hasta ahora me parece estupendo y envidiable.
Cairns tiene unas calles muy amplias, casi sin tráfico y sin gente. En la distancia se ven las montañas, y en el frente tiene la barrera de coral. Las casas son normalmente bajas, todavía bastantes de madera que le dan un encanto especial. Y hace un calor del infierno.
Aunque parezca una ciudad normal en cuanto te mueves un poco te das cuenta de la tropicalidad de la zona, es realmente salvaje. En el camino hacia la costa paseando por la ciudad los árboles están llenos de murciélagos gigantescos, son zorros voladores de anteojos, están por todos los sitios y montan estrépito durante el día. A la noche son los loros y cientos de pájaros de mil colores pos que se vienen a dormir a los árboles, como nuestros estorninos pero en técnicolor. Me deja muy sorprendido.
Y la costa no es una playa, es lo que ellos llaman Esplanade, un paseo marítimo de árboles descomunales y preciosos con el mar enfrente, el bosque tropical y las montañas. Se ven muchos pájaros incluidos grandes pelícanos de esta zona. Y por lo visto hay cocodrilos. Aquí el agua del mar por unas cosas u otras se puede tocar poco. Las medusas mortales también son muy populares, así que se han hecho un pedazo de piscina pública al lado del mar donde los locales se relajan. Muy apetecible.
Coincidimos en la revisión aduanera con otro español, Jaume, catalán y de mi sector, pero sobre todo un tipo muy tranquilo y agradable, así que nos fuimos a tomar unas sidras y hablar del viaje y de la vida. Durante las bebidas disfrutamos de alguna pitón del zoo local que nos trajeron para posar. Muy australiano todo.
Me voy de Cairns con pena de no quedarme más, pero he reservado un vuelo hacia el sur y tengo tiempo limitado para ver esta zona noroeste, pero me quedo con muchas ganas de quedarme más, simplemente a disfrutar del día a día. Hace muchísimo calor, pero me gusta.
Me he leído las Nieves del Kilimanjaro de Hemingway, de la lista de pendientes, no sabia que eran historias cortas, una de las de las historia en África me ha gustado, el resto no me vuelven loco. Demasiado Hemingway. La naturaleza, la mujer, la pesca, ... pero me cuenta poco esta vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario