lunes, 29 de febrero de 2016

Magnetic Island

Madrugar para pegarse 3 horitas hasta Townsville, no hay tanto,  unos 250 kilómetros, pero aquí con una carretera de un carril y limitaciones a 80 o 100 que todo el mundo escrupulosamente respeta se lleva su tiempo. El paisaje es también muy verde, casi todo entre parques naturales,  le llaman Green Road. No se hace largo y llegamos justo a tiempo para coger el ferry de las 10.30. Sobre todo porque un local se ha ofrecido a enseñarnos el camino hasta el puerto sino no llegamos. 

Esto ya no es Filipinas así que el ferry cuesta unos 35 dólares por cabeza y no incluye el parking que se paga aparte, 7 dólares por dejar el coche en un erial al sol a 40 grados, un regalo local. Pero bueno, esto son las trampas turísticas inevitables aquí. Hay muchas variedades, la gran diferencia aquí es que todas son caras. Eso sí,  todo muy seguro y eficiente.

Magnetic Island la bautizo Cook, como casi todo por aquí. Al hombre no le iba bien la brújula y creía que eran las grandes rocas de la isla. Debe ser que no, pero el nombre se quedó y a mi gusta. Me sonaba mucho pero no sabia exactamente donde estaba. 

Casi toda la isla es parque natural protegido, terrestre y Marino,  y viven unos 2000 locales en la isla, vamos casi desierta. También se mantiene y explota muy bien, otra zona más salvajemente organizada.


Nada más llegar en ferry tomamos el bus que nos lleva al otro lado de la isla, unos 7 kilómetros. La playa se llama Horseshoe, no han sido muy imaginativos, pero la playa es bonita. Aquí me baño en mi red anti medusas - aquí se ven medusas transparentes enganchadas por todos los sitios- y debuto con la barbacoa eléctrica,  que gran invento. Esto hay que llevarlo a España ya!!!

Después del solomillo a la parrilla hacemos un trekking por el final de la playa. En teoría conecta con la siguiente playa. Radical Bay. Hace un calor del demonio, menos mal que es menos de dos kilómetros. La llegada a la playa merece la pena, super salvaje, bonita,  desierta, no hay nadie. Me doy un baño rápido sin red. La playa está llena de medusas gigantes,  y el agua también.


Aquí hay unos árboles descomunales que crecen hacia arriba y hacia abajo, como si echarán columnas para aguantar el peso, son preciosos, ocupan un perímetro gigantesco. Nunca los había visto así.


También veo mucho pájaro,  alguno curioso, el que más una especie de pájaro enmascarado, como con antifaz, como un superheroe, este de máscara amarilla y muy ruidoso, van por parejas y me miran mal, o tienen hambre.

Seguimos el trekking y llegamos a la playa del día,  Florence, sin palabras.  Una concha perfecta de aguas transparentes y rodeada de rocas. Totalmente salvajes. Totalmente solos. Y sin medusas. El agua tan caliente que sólo refresca al salir. Mientras flotas los peces locales te muerden.


La última playa del día es Port Arthur. Aquí ya no me baño. Sólo la disfruto desde el mirador mientras estiro  la merienda. Aquí si hay cinco chicos haciendo snorkel, todos con traje de neopreno.  Esto no me invita al snorkel, así que después de la parada seguimos andando hasta Forts. 


La idea es hacer ahora el trekking de Forts a ver si vemos algún koala en un eucalipto, pero no. Hacemos la caminata pero no los vemos.  No me extraña, sigue el calor del demonio. El paisaje no es tan bonito,  no muy frondoso, pero el calor es lo duro, por suerte hay una fuente en el camino justo  cuando me quedo sin agua.

Esta zona fue usada como fuerte en la II Guerra Mundial, de ahí el nombre. Algo de ruinas queda en la colina y es curioso por la parte histórica.  En teoría desde aquí se controlaban radares y bombardeos. El puesto de mando todavía se conserva en una de las grandes cientos de rocas que hay en la isla.

Los australianos están orgullosos de su pasado militar, y también de su presente. Hay muchas referencias  en pueblos y ciudades, una influencia muy anglosajona. Debieron pasar un buen susto en los 40 con los japoneses expandiéndose por doquier en el Pacífico.

Las vistas desde arriba son bonitas pero no de las mejores,  curiosamente se me da un aire  a la Pedriza con tanta roca,  pero con mucho calor y un mar al fondo que queda más bonito que un pantano.


Volvemos en bus y al ferry a tiempo para llegar a las 18.00 más o menos, un poco tristes por no ver koalas y decepcionados con la vegetación,  pero muy sorprendido con la zona de costa y las playas,  con la integración de desarrollo y naturaleza y encantado con la poca gente que me estoy encontrando en estos sitios. 

Desde aquí todavía una hora y poco más de coche para llegar a Ayr, a la playa de Alva.  Mañana toca buceo. Lo bueno de conducir al anochecer es que se ven más bichos, así que veo wallabies, como canguros pequeños que me saltan por delante del coche jugándose la vida, son muy monos. De momento voy empate a dos, casuario  y wallaby  visto, ornitorrinco y koala pendiente. 

domingo, 28 de febrero de 2016

Norte de Cairns

Después de un día muy activo salimos prontito para que cunda, de día se ve la selva con otros ojos y menos agresiva aunque seguramente me equivoque,  las arañas gigantes de manchas amarillas están por todas partes. 

Antes de salir de la zona de Cape Tribulation hacemos un paseo por otra parte del bosque que es Patrimonio de la Humanidad,  todo  muy bien organizado  como siempre y como un jardin, muy tranquilo por ser pronto pero no vemos bichos raros.


Volvemos a cruzar el ferry de vuelta al otro lado, antes de seguir hacia el sur me desvío hacia el norte para ver el pueblito de Daintree, donde termina la carretera. Hasta 1930 estaba aislado y solo se llegaba por el río,  las vistas sobre el río son estupendas,  todo es muy verde y parece que nada ha cambiado, solos los tours para ver cocodrilos aunque se ve muy poca gente y nadie haciéndolo. 


Empezamos las vuelta a Cairns, todo es verde, a pedazos es parque natural y Patrimonio de la Humanidad,  y de vez en cuando hay unas playas estupendas con unas vistas sobre la costa desierta increíbles.


En Port Ellis paro en una playa estupenda donde finalmente encuentro una zona con redes protectoras donde poder bañarse,  nunca las había visto, me imaginaba una red cerrando la bahía,  pero es más bien un rectángulo con bordes que parece más bien un campo de waterpolo. Hay muy poca gente en la playa para ser domingo y solo cuatro o cinco nos metemos a jugar. Esta estupenda.  El primer baño en este mar, Mar de Coral, imagino que Pacífico Sur. Esto hace el día mucho más redondo.


Seguimos a otro pueblo, Palm Cove, ya en una zona con civilización, pero todo muy cuidado. La playa salvaje, los árboles y el verde detrás, y las casas no más altas que los árboles. Aquí comemos. Es perfecto.

Más al sur, queda mucho viaje, sólo me desvío para intentar ver las cataratas Barron cerca de Kuranda, pero al final me doy la vuelta antes. Todo lo que he leído sobre ese pueblo me da una pereza terrible,  mercados y chiringuitos para turistas. Me lo salto. 

Hacemos toda la carretera hacia el sur unos 200 kilómetros hasta llegar a Mission Beach donde me quedo a dormir, esto ya al sur de Cairns. Es otro hostal viajero estupendo donde además nos regalan la cena de barbacoa. Antes nos vamos a la playa que es realmente espectacular.  Kilómetros de playa virgen con palmeras, super plana y una luz perfecta.


Eso sí,  aquí la red de medusas falla, por lo visto se han colado algunas y se han tenido que llevar a un chaval en ambulancia.  Me salto el baño pero no el paseo. La playa está toda dibujada por los cangrejos de burbujas, hacen sus propios diseños y hasta un mapamundi encuentro.


Otro muy buen día,  sigue el buen tiempo, la luz, ahora el cavernet  sauvignon, y la tranquilidad. El único problema el hacer planes para seguir con tanto movimiento.

sábado, 27 de febrero de 2016

Cape Tribulation

Me ha costado levantarme. Este modelo de viaje más dinámico me encanta normalmente pero estoy oxidado, así que no consigo salir muy pronto. Los loros me han puesto el coche de otro color, pero ese es el único inconveniente.

Salimos hacia el norte, vamos al Cabo Tribulación en español, el cabo donde según Cook empezaron todos sus problemas, muy británico èl. Recuerdo cuando visité Whitby  en la costa inglesa para ver el puerto de donde partió, allí hay una réplica de su barco, el Endeavour,  merece la pena la visita histórica. Si los españoles se hubieran bajado del barco dos siglos antes a lo mejor aquí ahora se hablaba castellano, así lo único que queda es el estrecho de Torres que separa Australia de Papua. Y según algunas versiones el nombre - tierra de los austrias -

Vamos hacia el norte hasta que tenemos que cruzar el río Daintree. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad.  Han dejado la zona sin paso por puente para protegerlo mejor. Me parece una idea estupenda, así que hay que tomar una pequeña barcaza ferry para ir al otro lado, son dos  minutos, pero se ve todo el esplendor de la selva tropical,  con la amenaza de cocodrilos incluida.

Ya en el otro lado la carretera asfaltada deben ser unos 40km, te da la sensación de ir entre el bosque y la selva y las playas, la carretera panorámica es bella, lenta y permite disfrutar de las paradas. Hay bastante parada organizada que no hacemos con visitas a granjas, o actividad, o museo del día,  muy de turismo anglosajón familiar, pero el parque se recorre muy bien con muy poca gente.



Nos asomamos a un mirador a ver la desembocadura del río y las playas y hacemos el viaje hasta Cape Tribulation  para parar tranquilamente a la vuelta,  hoy dormimos por aquí dentro.

Cape Tribulation tiene una playa en forma de concha, salvaje, bella e inútil por su población de medusas asesinas y sus cocodrilos emboscados. No es la mejor de las playas, ni mucho menos la mejor del día,  pero es el sitio histórico y donde hay que parar si o si.


Hacemos un par de trekkings,  bueno, paseos  más bien, todo muy bien preparado con pasarelas y caminos muy fácil. Casi más un jardin  que la selva de verdad. Se ven más árboles bonitos, manglares de todo tipo , palmeras de abanico, y muchas arañas descomunales, terribles de grandes. El paseo por la garganta es infinitamente mejor, estos son un paseo más.

De las playas la más espectacular  es la de Noah, con la marea baja, sin una concha siquiera es de una planicie infinita con fondo de selva, me recuerda mucho a Costa Rica. Allí vi por primera vez a los cocodrilos de agua dulce, sólo que allí no lo sabia y vi a uno gigantesco con la boca abierta en una roca antes de irme a bañar!!! La diferencia es que allí al decírselo a los locales me dijeron que no me preocupara, que solo comían niños,  nunca adultos.


Hay otras playas chulas, como la de Coconut, obviamente por las palmeras. La de Alexandra Bay también es espectacular, con mucha arena, realmente larga,  hasta hace curvas en la arena, con una pequeña isla delante. Larga hasta donde llega la vista y se junta con la selva,  de nuevo la luz de Australia.

La última es Cow Bay, también bonita pero menos espectacular,  y como todas con su set de instrucciones para evitar cocodrilos y medusas. Lo más gracioso es el set que tienen preparado para las medusas con su contenedor y botella de vinagre a la entrada de cada playa. Genial y asustador


Uno de los momentazos  del día es cuando nos hemos encontrado un casuario  al lado de la carretera. Sólo los había visto en cautividad, la última vez en un jardín de Indonesia. Es un bicho espectacular. Un dinosarurio. Prehistórico. Una especie de avestruz  de colores, con una especie de cresta dura y un cuello azul brillante. Parece ser que son agresivos, así que he mantenido la distancia hasta que se ha metido entre los arboles, nos miramos mutuamente dejando sitio para los dos. Que lujo y que ilusión, ya me temía ver uno atropellado. Aquí son muy importantes porque muchos de estos árboles tan antiguos solo sobreviven transportados y defecados por este animal, aquí se dice: una caca de casuario  un nuevo árbol.


Había una zona para nadar, hoy muchas menos que ayer, un río cristalino, pero me lo he saltado, era muy bonito y hacia calor, pero todavía no  me atrevo. Cada río -creek- que cruza la carretera es una extraña mezcla de río de  montaña y de selva, es agua tan transparente como la de las montañas pero rodeado de selva tropical. Normalmente en estos paisajes el agua que siempre he visto es marrón y hasta roja, aun cuando no está contaminada. 

Termino el día en el Cocodrilo Village desde donde escribo y me quedo a dormir. Unas tiendas de campaña de fabrica en medio de la selva. Bonito y espeluznante. Me he llevado en la cabeza una tela de araña con propietaria y todo del tamaño de  mi mano, que repelús. También hemos visto un dragón de la selva, un lagarto precioso en el paseo por el lugar. Además de múltiples roedores y algún otro  lagarto gigante que estaba en la cocina mientras preparabamos la cena. Aventura en la selva, me encanta el sitio, y casi sólos. Es lo que tiene la temporada baja además de las medusas.



viernes, 26 de febrero de 2016

Tableland-Mossman

Salimos de mañana con sol estupendo,  dejamos atrás unas araucarias  de troncos enormes, no las veía así desde los Andes, otro lujo más de árbol. Vamos a un parque natural de nombre curioso -Hypipame-, no hay nadie al llegar y nos podemos dar un buen paseo por el bosque selva.

Es una zona muy tranquila,  hay un cráter  bastante grande provocado por la presión del agua muy caliente, ha quebrado el granito y por lo visto viven ahora allí unas gambas únicas. Más abajo hay una serie de cascadas entre la montaña,  Dinner  se llaman, muy relajantes con piscina natural también completamente vacío.  Es un paseo corto pero muy agradable.


Desde aquí seguimos entre prados y selva hasta Herberton , uno de los pueblos que montaron aquí los pioneros, en este caso de la minería. Justo cuando se acababa el oro más al norte aquí descubrieron estaño y lo estuvieron explotando hasta los años 80, cuando el precio ya no les mereció la pena, aunque ue parece ser que sigue habiendo mucho mineral en las montañas. 

Hay un museo curioso gestionado por abuelillos  locales que les gustan las motos y la vida tranquila. Sorprende que el tipo de vida de minero solitario de película se llevara hasta hace bien poco. También el papel de la mujer, son tan puritanos y conservadores que para encontrar la zona del prostíbulo en el museo hay que ir de sala en sala y no lo llegan a mencionar explícitamente, si no se dice no pasa!! Todo me sigue recordando mucho la imagen de las películas americanas y la conquista del oeste.

El pueblo es tranquilo como todos con casas de madera, pero aquí conservan o han montado una especie de pueblo antiguo original - tiene un poco de pinta de parque temático aunque seguro muchas cosas son originales, pero tiene más encanto cuando lo ves directamente en el pueblo vivo como Yungaburra,  además de que cobran 30$ por entrar, una de las turistadas  de por aquí.


El siguiente pueblo es la capital,  Atherton, bastante más grande parece ser que tiene hasta templo chino, pero con los últimos meses que he pasado lo de Chinatown me lo salto. Curiosamente, tan proteccionistas como siempre,  los locales dictaron leyes para evitar que los chinos trabajarán en las industrias que iban surgiendo -como las minas de estaño-, los chinos tan emprendedores y trabajadores buscaron otras oportunidades, aquí el maíz,  para dar de comer a tanto trabajador y ganado.

Antes de ir más al norte me desvío un poco para ir a ver el lago Tindaroo, es un buen sitio para hacer una parada a comer y disfrutar un poco del paisaje local. Cada desvío es mejor que el anterior y las carreteras son realmente espectaculares. El lago tiene una presa artificial y un paisaje muy distinto del de ayer. Aquí comemos solos en el campo,  hay barbacoas y hasta los baños tienen papel higiénico, esto sólo lo he visto en Australia.


Aunque las vistas siguen siendo buenas la tarde al volante me da sueño. Por el camino veo bastantes animales curiosos, mi primer canguro (muerto), mi primer canguro de árbol que no sabía ni que existía (muerto) y una serpiente bastante gorda que luego sabre que es bastante venenosa (creo que viva no estaba). Y después de una hora llego a Mossman.


Aquí parece ser que mantienen todos los nombres aborígenes,  incluso se nota un esfuerzo un poco artificial por el reconocimiento de la cultura aborigen, me imagino que después de muchos años  de arrinconamiento.  La verdad es que los pocos aborígenes que veo parecen estar un poco excluidos (no sé  si por ellos mismos), y en cuanto a la leyenda urbana sobre su alcoholismo  hasta el momento me parece cierta, como el 50% de los que veo se tambalea, el otro 50% están sentados en bancos viendo pasar el día o para que se les pase el  mareo, sólo uno se ha dirigido a mi de manera agresiva.

La garganta de Mossman  está dentro del parque nacional de Daintreee  y es parte de la extensión protegida por la Unesco, ya no es zona Tableland.  Está a unos 4km del pueblo de Mossman. Antes de la garganta hay un par de asentamientos aborígenes, como reservas en casas prefabricadas de madera. Dejo el coche y nos acercamos dos kilómetros andando -por 10 dólares te lleva un bus-


La garganta es un gran paseo, más por el trekking por la selva que por el propio río. Casi recien llegado de Taroko no se puede comparar como garganta, pero es un bonito río de grandes piedras donde los locales se vienes a bañar, rodeado de selva tropical, y muy tranquilo. 

Hacemos el trekking al revés por error pero conseguimos salir, hace calor, mucha humedad, pero hay unos árboles espectaculares,  higueras,  grandes raíces, plantas trepadoras,  bromelias por todos lados, mariposas azules que deslumbran, pavos locales, y mucho pájaro. También mucho pez en el agua, y algunos rincones que parecen de mentira. La luz de este país me sigue pareciendo increíble,  hasta dentro de la selva tropical.


Salimos del parque entre plantaciones de caña de azúcar y más árboles descomunales,  aquí casi todos. También de camino hemos visto mucho frutal,  y café,  y de todo, debe ser una zona muy fertil, la tierra se ve completamente roja. A dormir vamos a Port Douglas. 

Port Douglas es una península que da a la gran barrera de coral. Tiene una playa estupenda de kilómetros de largo pero inútil como muchas aquí durante muchos meses, se llenan de medusas  venenosas, algunas mortales como la medusa caja, que además es transparente  y los tentáculos ni se ven.


Pero el pueblo es muy relajado, nos quedamos en un hotel de backpackers muy tranquilo donde nos encontramos a un toledano de sabático,  bueno, entre sabático y búsqueda de futuro laboral. Aquí el pueblo al atardecer también tiene todos los árboles agitados por los loros arco iris que se vienen a dormir, ya me estoy acostumbrando a estas maravillas.

Más ternera australiana y más merlot,  a esto me estoy reacostumbrando  fácil.

jueves, 25 de febrero de 2016

Tableland-Yungaburra

Me he alquilado un coche, automático y para ir por la izquierda, un poco trauma después de casi un año sin conducir,  pero la idea de  venir a Australia era también hacer otro tipo de viaje, así que allá vamos. Hasta el hotel sólo me he metido una vez por prohibida.

Ha parado de llover finalmente y nos vamos a ver una zona que en parte es patrimonio de la Humanidad  de la Unesco. Esta zona está justo detrás de Cairns, cerca y con distancias cortas, un lujo en este país continente. Y la verdad es que este primer día,  igual que Cairns,  me ha encantado, el paisaje es descomunal, entre campiña inglesa,  lagos en cráteres,  cascadas perfectas, bosque y selva tropical,  y sobre todo unos árboles espectaculares.


De Cairns salimos por una carretera que se pone terrible enseguida,  20 km de curvas, pero nos va elevando y nos permite ir viendo un paisaje todo verde en la distancia.  La primera parada casi sin querer me deja con la boca abierta, nos desviamos por una zona de campiña y llegamos a ver el árbol más bonito que haya visto en mi vida, le llaman higuera  catedral. 22 hombres para abarcar el tronco. Sin palabras.


Volvemos para ir a ver el primer lago del día,  el lago Barrine,  por lo visto se ha formado al sobre calentarse  el agua subterránea,  ha explotado y ha montado un lago con vistas alpinas en un paisaje de selva tropical.  Aquí se ven unos pájaros estupendos, pelícanos y cormoranes,  y se ven unos pinos gemelos gigantes, también de boca abierta. Todo esto en una selva como la de Borneo por el sonido, pero organizada.


El siguiente lago se llama Eacham,  parecido en formación,  aquí vienen los locales a nadar. El agua es trasparente y se ve verde en la distancia. Aquí todo está preparado con barbacoas eléctricas,  el olor de la carne te despierta el apetito. También hay algún local buceando,  pero es una zona muy tranquila. Por cierto, aquí he visto tortugas que respiran por el culo, no es broma! !!!


El siguiente árbol es otra higuera gigante,  tiene su propio parque nacional, la higuera cortina. El nombre le va bien. Una higuera estranguladora  ha tirado su árbol huésped y se ha apoyado en otro. Todo entre medio son raíces aéreas. El árbol en si es también espectacular,  un ecosistema completo. Aquí también estamos sólos. El sonido de las chicharras es ensordecedor.


Nos vamos a dar una vuelta por una zona de cascadas, hay un circuito de 18 km con tres cascadas distintas, las más famosas se llaman Milla Milla, quizás porque aquí también se puede nadar hay algo más de gente. La cascada es demasiado perfecta.  Parece la del anuncio de Fa.... si alguien se acuerda. También está rodeado por selva aunque no lo parezca.


En la ruta se ven otras dos, Zillie y Elinjaa, no son ni muy altas ni muy espectaculares, pero si es cierto que están en sitios muy vírgenes y tranquilos, les da un aire un poco especial.... aunque lo realmente impresionante es el camino, se van viendo campos, colinas, árboles. ... Todos los tonos de verde, como en Irlanda.  


Paramos en algunos  pueblo más,  Malanda y Milla Milla, muy del oeste, de finales del siglo XIX y principios del XX, con los edificios de madera. El hotel y bar es la parte central del pueblo antiguo, y están muy bien conservados, poco ha cambiado en ellos, parecen los de las películas americanas. 

Aquí la industria maderera fue muy importante,  se ven  algunos árboles cortados con más de 800 años,  10 metros de diámetro,  como los que hemos visto en los paseos de la mañana,  da pena que seamos capaces de cortar cosas así. Pero bueno,  la industria y los recursos naturales,  algo se ha salvado, y con tanta industria ahora les ha quedado combinación de pastos con montes, hay que buscar lo bueno.

Nos subimos a ver toda la zona desde el mirador cercano a Milla Milla,  ha sido casi de casualidad, pero tiene unas vistas estupendas.  Todo el día me lleva pareciendo que la extensión es enorme,  y desde aquí lo puedo comprobar.


La vuelta para dormir en Yungaburra, si, no es broma, se llama así aunque se pronuncie otra cosa. El pueblo es realmente bonito,  muy cuidado,  también todo de casas de madera antiguas, de la época de la fiebre del oro local, su hotel bar bien conservado - donde por cierto he vuelto a comprar vino! !!- su iglesia,  farmacia, ... y nuestro hotel. Otro sitio para viajeros estupendo que se llama On the Wallaby, una expresión  local que significa de viaje o en ruta.


Ha sido un día redondo, sólo me ha faltado ver a los ornitorrincos,  nos hemos dado un paseo por el río y hemos estado esperando en la zona de observación,  pero sólo tortugas. Hoy tortugas y pájaros. Una pena. A ver si hay otra oportunidad. Es el bicho más raro del mundo, sabia que era raro, pero leyendo los paneles te das cuenta que aún más! !


Y la cena con carne australiana y vino australiano aquí en nuestro hotel, si, es más caro, pero también es mejor. Al menos yo lo echaba de menos. 

martes, 23 de febrero de 2016

Cairns

Australia. Al fin. Que lejos. Otro continente, el último que me queda por ver bien. Y que distinto. Sobre todo después de venir de nueve meses por Asia. La llegada ha sido como esperaba, el control aduanero más estricto de todo este tiempo, mil preguntas,  revisión de equipaje detallada y más,  pero todo con muy buena educación. 

Entramos por Cairns, y me sorprende,  me encanta,  una ciudad de lujo con casas bajas,  grandes espacios y que se encuentra en un parque natural por todos los sitios. Tienen una especie de eslogan turístico por esta zona donde la selva tropical se encuentra con el arrecife de coral, pero la realidad  es mucho mejor porque esta muy bien cuidado y salvaje a la vez.


Nos venimos a un sitio que se llama Geckos,  estamos de cine los tres días,  aunque salimos poco seguimos en modo planificador y hasta estresado, que verguenza! Pero es así, me está costando mucho cerrar como movernos,  los sitios, los transportes y demás .... me he acostumbrado  mal a Asia, mucho tiempo, muy barato, muy fácil. Aquí nos cocinamos un poco que ganas teníamos y para eso estos sitios son estupendos. El Geckos es muy tranquilo, no hay las multitudes de chavales que están más cerca de la playa..... aunque aquí de verdad tenia que haber venido hace 20 años. He oído hablar mucho del ambiente, en plan crítico,  pero a mi hasta ahora me parece estupendo y envidiable. 

Cairns tiene unas calles muy amplias, casi sin tráfico y sin gente. En la distancia se ven las montañas, y en el frente tiene la barrera de coral. Las casas son normalmente bajas, todavía bastantes de madera que le dan un encanto especial. Y hace un calor del infierno.


Aunque parezca una ciudad normal en cuanto te mueves un poco te das cuenta de la tropicalidad  de la zona, es realmente salvaje. En el camino hacia la costa paseando por la ciudad los árboles están llenos de murciélagos gigantescos, son zorros voladores de anteojos, están por todos los sitios y montan estrépito durante el día. A la noche son los loros y cientos de pájaros de mil colores pos que se vienen a dormir a los árboles,  como nuestros estorninos pero en técnicolor.  Me deja muy sorprendido.


Y la costa no es una playa,  es lo que ellos llaman Esplanade, un paseo marítimo de árboles descomunales y preciosos con el mar enfrente, el bosque tropical y las montañas.  Se ven muchos pájaros incluidos grandes pelícanos de esta zona. Y por lo visto hay cocodrilos. Aquí el agua del mar por unas cosas u otras se puede tocar poco. Las medusas mortales también son muy populares, así que se han hecho un pedazo de piscina pública al lado del mar donde los locales se relajan. Muy apetecible.


Coincidimos en la revisión aduanera con otro español, Jaume, catalán y de mi sector, pero sobre todo un tipo muy tranquilo y agradable, así que nos fuimos a tomar unas sidras y hablar del viaje y de la vida. Durante las bebidas disfrutamos de alguna pitón del zoo local que nos trajeron para posar. Muy australiano todo.

Me voy de Cairns con pena de no quedarme más,  pero he reservado un  vuelo hacia el sur y tengo tiempo limitado para ver esta zona noroeste, pero me quedo con muchas ganas de quedarme más,  simplemente a disfrutar del día a día.  Hace muchísimo calor, pero me gusta.


Me he leído las Nieves del Kilimanjaro de Hemingway, de la lista de pendientes, no sabia que eran historias cortas, una de las de las historia en África me ha gustado, el resto no me vuelven loco. Demasiado Hemingway. La naturaleza,  la mujer, la pesca, ... pero me cuenta poco esta vez.


domingo, 21 de febrero de 2016

Kuala Lumpur (3)

Aquí estamos,  en Kuala Lumpur  y ni siquiera sé  si será por última vez. Volvemos a donde siempre, por comodidad y comunicación,  al Rain Forest hotel en Chinatown.

Esta vez si que hacemos realmente poco,  sobre todo preparar Australia, pero es tan grande y complicado que avanzamos casi nada, y eso que estoy aquí cinco días, pero con esas distancias y esos transportes es complicado, cuesta más ir al centro de Australia que volver a Madrid. Iremos viendo. 

Por aquí me ha dado tiempo a ver todo lo que va mal en casa, incluida la libra y el resto de la economía, hablar con la familia y actualizar un poco el blog.


He vuelto a ver las Petronas, como no, y al cine como Dios manda. Ya no echan la guerra de las galaxias, pero he podido ver El renacido. Me ha gustado, sobre todo la fotografía, pero no me creo nada que pueda sobrevivir mojado entre la nieve media película,  incluida la travesía en el río.

El vuelo es vía Bali, viaje muy pesado, sobre todo cuando el segundo vuelo se retrasa y nos tiramos hasta las cinco de la mañana para despegar. Curiosamente  el primer vuelo que va mal después de meses de viajar es el de una compañía  australiana y no asiática

martes, 16 de febrero de 2016

Cebu city

Se acabó Filipinas,  escribo desde el avión camino de Kuala Lumpur,  justo ahora pensando cual es mi vida real, y que me voy  encontrar a la vuelta - si vuelvo -. Y me da mucha pereza,  y como siempre tomo la decisión masculina de dejar de pensar ... y escribir, y planificar, y disfrutar el viaje hasta el último momento.

Volvimos a Cebu city,  no me gustó la ciudad  pero es  mucho mejor que Manila. Además en la paradas anteriores al estar aquí Dani, Javier y Guillermo ha sido un aliciente,  salir  con conocidos, y tener un poco de información de mi mundo anterior. Estuvo muy bien aunque algún día el Red Horse me pasara factura.


Ahora desde Dauin, en teoría no era un viaje muy complicado, pero igual hemos tomado seis transportes. Un bus local a Dumaguete para descubrir que hemos perdido el bus directo a Cebú,  así que tomamos otro bus para ir a coger el ferry. Se nos da bien y de hecho cazamos el bus original, pero va lleno. El ferry nos cruza de Negros a Cebú por la parte más estrecha, ni diez minutos. Se ven las islas como en el mapa. Al cruzar cogemos un triciclo hasta la terminal y el último y largo bus a Cebú, más de 4 horas. Ya sólo queda un taxi para llegar al hotel. Más de cinco horas y seis euros, y una experiencia más,  ya con el tranquillo cogido al país.

El tema de los gallos es difícil de creer, es seguramente el país de Asia en el que peor se duerma por ello - mucho peor que la llamada a la oración en cualquiler país musulmán-, pero es que además están en todas partes, cada casa puede tener diez o doce, todo el jardín lleno. Y durante el día los puedes ver transportados a todas horas y en cualquier lugar. Tienen unas cestas especiales para ellos, y los autobuses van llenos. Menos mal que de día no montan mucho alboroto.


En toda la costa de Cebú y Negros se pesca, se pesca todo creo yo, lo más curioso son ver las barcas enanas en las que se va a pescar en grupo, con redes, acorralando a los peces. Hasta esperan que salga el ferry para asustar a los peces y prepararles una emboscada.


En Cebú se ve miseria también,  menos que en Manila,  pero hay gran diferencia entre unas zonas y otras,  pero básicamente están las malas y las peores. No hay ningún sitio realmente caminable,  una calle normal da paso a una terrible, y se pasa muy rapido a infraviviendas. 

El tráfico aquí no es tan malo, el transporte local muy barato y honesto, y pese a todo parece seguro, aunque oscuro. Con un guardia de seguridad en cada pequeño negocio, a veces dos. Con los hoteles cogiendo la matricula de los taxis, alguien de uniforme cada diez metros, y la gente muy servicial y agradable.

La última vez nos quedamos en Fuente Osmeña,  la penúltima vez también. Casi nos pilló el Sinulog,  un gran carnaval religioso local. Lo que si nos pilló  fue la conferencia episcopal, obispos, atascos, y misas por todos los sitios, y por lo visto recogieron un poco a los mendigos.

Me acerco a ver lo poquito que queda, más por la historia que por lo que se ve. Esta el templete con la Cruz de Magallanes,  en teoría la cruz con la que Magallanes desembarcó la primera vez, le recibieron amigablemente y él les plantó una cruz en la plaza del mercado, y ahí se ofició la primera misa filipina.


También le dio el famoso Santo Niño a la mujer del jefe local. En la isla de al lado, en Mactan,  no le trataron tan bien  y el jefe local Lapu Lapu lo asesinó. No volvió Legazpi con Urbaneta,  espada e iglesia,  hasta 40 años después. Les recibieron  mucho peor - por algo seria -,  ellos bombardearon el pueblo y en seguida encontraron el Santo Niño en una casa.

Desde ese momento se convirtió en el elemento religioso del país,  se le construyó ahí una capilla y lugar de oración que todavía se mantiene,  pese a todos los incendios y desastres. La iglesia la han ampliado en la plaza con una zona de rezo al aire libre, muy concurrido. Es curioso ver como los locales llaman al cristal del Santo Niño antes de poner la mano sobre él como para pedir o rezar, como intentando llamar la atención.


Como en los templos y en casi todas las religiones hay todo un negocio alrededor de la iglesia,  colorido, con muchas figuras del Santo Niño con su capa gigante. Y velas, muchas velas, que aquí casi ni se encienden sino que se arrojan al fuego para que se consuman antes.


Al lado del mar está el fuerte de San Pedro, me ha sorprendido gratamente, pequeño, triangular, y muy bien mantenido,  cosa rara en este país. Con sus tres bastiones ahora de piedra, de madera cuando lo mandó construir Legazpi.  Curiosamente aquí el mar no se ha movido mucho como en otros países,  con mucho más sedimento. Enfrente la plaza es agradable y hay unos cuantos vestidos de personaje histórico,  y miss Cebú, guapa como muchas Filipinas. 

Poco más hay en la ciudad pero me da pena irme esta vez de Filipinas,  me ha gustado mucho más que la primera ronda en diciembre, pensaba que no sería un país para volver pero he cambiado de idea. Creo que es porque al conocer la logística complicada del país he elegido una ruta más sencilla de hacer,  con transportes menos complicados. Por otro lado he encontrado sitios muy agradables, y aunque turísticos,  menos concurridos, se adaptan más a mi gusto: Maolboal,  Siquijor, Dauin, Apo o hasta Malapascua. Y además he podido bucear,  un poquito más de actividad me ha venido bien. Ahora de vuelta a Kuala Lumpur,  por tercera vez, a planificar Oceania. Otro mundo. 

domingo, 14 de febrero de 2016

Dauin

Salir de Apo es otro baño, nada más amanecer nos vamos a la playa a salir en el primer barco que se vaya a la costa. En seguida nos vamos en uno enano con dos locales y un tipo de Israel. Para ser las ocho de la mañana el agua, el aire, el casi frío no se lleva bien, pero en media hora llegamos a la playa.

Nos subimos en un transporte local,  un jeepney más ancho de lo normal, y nos acercamos a Dauin. Está a menos de diez kilómetros y es un pueblillo con poco que ver, tranquilo pero con un encanto especial debajo del agua, es un destino para macro diving, pero la realidad es que el sitio en conjunto también me ha encantado. Ha ayudado mucho el pequeño resort de buceo donde nos quedamos,  Bongo Bongo, unas cuantas chocitas, muchas hamacas, a 25 metros de la playa, la montañas detrás, .... y no aceptan chinos!!! Estupendo.


Llegamos muy prontito,  nos instalamos y en seguida por la tarde me voy al agua. La verdad es que le he cogido el truco a esto. Además aquí el lujo es que he ido mano a mano con el dive master todos los días, uno a uno, y la verdad es que los locales son muy bueno buscando cosas.

No sé como compararlo con Lembeh, quizás Lembeh tiene más cosas raras, aquí hay muchas raras y se ven mucho y fácil,  pero no tan diferentes, sobre todo nudibranquios raros y pulpos.  Pero se ven muchos de los bichos que me gustan.

He tenido la suerte de ver un par de caballitos de mar, amarillos y negros, muy tranquilos, nadando en el medio del mar.




También está lleno de pez pipa fantasma, de todos los tipos y colores, solos, por parejas , en trios, con hijos, con hijos adoptados,  ... Todos adaptados a su anémona o pedazo de coral, son unos bichos increíbles,  habré visto unos 20, y muy diferentes.



El pez sapo también está por todos los sitios, entre enano y medio, el gigante no está. De todos los colores, amarillo,  naranja,  blanco, etc....


Y los cangrejos, de los cuales he visto muchos nuevos y muy bonitos, el caja que se cuadra sobre si mismo, los decorados que se ponen toda la porquería del mar encima, de las anémonas de todo tipo, los de cabeza de flecha que casi no se ven  y el más bonito  uno que cuenta como langosta, de rayas blancas y negras que vive en las anemonas


Las sepias han sido todo un espectáculo,  muchas, todas solitarias, todas muy coloridas y tranquilas a la vez, fáciles de disfrutar.


Y gambas. Y pez león de todos los tamaños,  colores y actitudes. Y morenas con bancos de pez cabra. Y peces hoja que no paran quietos para salir en la foto. Y anémonas y gusanos de mar aislados,  con vida propia, que se alimentan y  mueven a cámara lenta, una belleza.




El pueblo es muy tranquilo,  con una iglesia antigua y un mercado donde está la vida. El pueblo lo cruza la carretera y ahí está toda la actividad. Como en Siquijor nos movemos entre tres o cuatro sitios, un lujo.

Aquí hemos encontrado un par de parejas españolas viajeras e interesantes y buceadoras,  así que hemos sacado y compartido alguna información. A ver a donde nos lleva el viaje. 

La playa es volcánica, pero es playa realmente, y en el fondo se ven las montañas de negros, el origen volcánico de todo esto. Las montañas se llaman los Cuernos de Negros. En la playa el fin de semana se vienen los locales, con muchos niños y cerveza. Relajado. 

Antes de irme hago un última inmersión nocturna, es un pequeño lujo más antes de irse. Muy completa, se ve alguna tortuga muy grande durmiendo, mucho pez león y morenas y mucho bicho reaccionando a la luz, pero es realmente lo pequeño lo que llama la atención. Veo por primera vez mucho animal nuevo, finalmente consigo ver al mandarín - un trío -, descubro unas sepias bobtail muy pequeñas pero de vivos colores, cangrejos decorados de muchos tipos, como extraterrestres,  incluidos los que se ponen anémonas y coral en la cabeza. Tambien un cangrejo con cuernos de ciervo de los que sólo había visto en libros. Y muchos tipos de gambas, de tamaños y colores distintos, y muy activas, nunca había visto tantas. Y pez sapo gigante, y fantasmas, y nudibranquios nuevos y muy coloridos. Le estoy cogiendo gusto a la noche en el agua.



Me he leído un libro playa en papel en inglés, the First horseman, realmente típico. Un bestseller de fines del siglo pasado. De epidemias y sectas y atentados masivos, pero confieso que cumple su cometido libro playa. Le sobra como siempre las relaciones personales de los protagonistas, siempre las mismas. Claro que ha sido mucho mejor que uno de los que traía en la lista de pendientes, Meridiano de sangre de McCarthy. Infumable. Malo y eso que empieza bien. Luego parece un guión de cine con descripciones innecesarias al menos que sea un guión e infinidad de símiles y metáforas redundantes. ... y sangriento, muy sangriento sin ningún objetivo. Vamos, No es país para viejos pero como si te lees el guión con hasta la última explicación del peinado de Bardem.  Mismo autor.