Por un lado me ha dado tiempo a organizar lo próximos pasos y por otro un poquito de vida de ciudad que para un urbanita se echa de menos, aunque se disfrute de volcanes y playas y demás. Y encima una sorpresa, nos hemos encontrado con Sole y Borja, nuestros compañeros de trekking en Toraja.
Aquí están celebrando la Navidad, una cosa que me sorprende. Un país musulmán en el trópico celebrando algo que ni entienden, con villancicos a todas horas y decoración de árboles de Navidad y paisajes nevados. Todo sea por vender más bolsos y teléfonos, sobre todo teléfonos.
Hemos descubierto algún sitio nuevo, sobre todo el Helipuerto Bar, es una terraza montada en el piso 34 en una plataforma de un Helipuerto. Asusta, porque no hay valla ninguna, sólo una cinta de fiesta. Las vistas en 360 grados son espectaculares y el tiempo acompaña. Los camareros muy cansinos para que consumas que las vistas no se pueden facturar. Y por supuesto, y una vez más, las Petronas. Especialmente de noche. Hipnotiza.
Se agradece la variedad gastronómica, un poquito de indio y de chino para variar, para mejorar, para hacer reservas para Filipinas que dice que se come fatal! ! Además hemos ido al cine, al cine de verdad, en las Petronas, a ver la de James Bond, como siempre pero bien hecha, y un frío que pela que me deja tieso en la sala.
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