Es curioso que estoy escribiendo esto después de haber estado en Corón y no cuando estaba allí, mi opinión se ha moderado, pero aún así es el primer sitio de todos estos meses al que creo que no tenía que haber ido, pero no todo es culpa de Coron, y a veces las cosas tienen que salir mal, y aquí salieron mal todas por primera vez.
El viaje en barco debería ser espectacular porque las vistas lo son, se pasa por decenas de islas deshabitadas, con líneas de arena blanca y palmeras, otras con sus casas de pescadores y nada más, los perfiles escarpados a los ya me estoy acostumbrado. ... pero el viaje se hace muy largo, mas de diez horas, y muy movido, más de la mitad de los pasajeros van vomitando, locales incluidos. Nos pilla el final del tifón, el barco no es nada más que un patinador, se rompen los patines dos veces antes de llegar, el agua entra por todos partes.
Llegamos rotos a Corón y nos quedamos en un sitio sencillo de viajeros, Guapos guesthouse. La ciudad es peor que fea y no tiene la tranquilidad de El Nido. Mi opinión sólo empeorará los siguientes días. Aquí venia a bucear, a ver pecios hundidos. Un ataque masivo a la flota japonesa en la II Guerra Mundial. La flota japonesa se quedó en este laberinto de islas pero los americanos les descubrieron. Hundieron más de 15 barcos, y una docena de ellos todavía se pueden bucear hoy en día. Pero mi catarro sigue y no me atrevo a bucear al principio, y al final, ni sigo a gusto en la ciudad, me dicen que la visibilidad es muy poca y como estoy pendiente del barco a Mindoro tampoco puedo hacer planes con las escuelas de buceo.
Al no poder bucear de inicio nos cogemos un tour más en barco, queríamos ir a ver algún barco hundido con snorkel pero no se puede ir hasta allí, demasiado viento todavía y no salen tours, está a más de hora y media de la ciudad. Así que nos vamos a ver la isla de Corón. Es un poco lioso, pero la ciudad de Corón está en la isla de Busuanga, y la isla de Corón sigue allí enfrente, un perfil de roca tallado, como hecho a mano, toda la isla piedra.
El tour lleva antes a alguna bahía verde, alguna playa de agua cristalina, te llevan a comer a otra playa estupenda, haces snorkel un par de veces y aunque todo el coral está muerto y arrasado algún pez curioso todavía se ve, y almejas descomunales de la que había en Malasia.
Lo realmente espectacular es la isla de Corón, como las islas de Bacuit pero mucho más grande de tamaño, la Lonely dice que parece la isla de King Kong y no me parece mala similitud.
En el interior de la isla hay tres lagos, dos más pequeños y uno más grande. El más grande no es visitable, está protegido por los habitantes originales, me parece muy bien, que quede algo para el futuro y para los locales. En el lago más pequeño se puede nadar y la sensación es de paraíso total, sólo este rato justifica ir a Corón - eso pienso ahora y mientras nadaba, no cuando estaba en la ciudad.
Para llegar al lago hay he subir unas escaleras y desde allí la vistas sobre la isla son de foto, de hecho la foto he he visto desde entonces cien veces cada vez que he buscado Corón en Internet, aun así, la foto ahí está.
El barco para salir a Corón no tenia plazas libres al principio por efectos del tifón, pero cuando ya creímos que nos íbamos se volvió a cancelar por vientos, y ya no habría más barcos hasta después de Navidad, así que tuve que cancelar la reserva en Puerto Galera - la única que había hecho en siete meses para mas de un día y buscar un plan alternativo. Después de la zozobra inicial decidí volver a El Nido, al principio porque era la única salida, y después porque es un sitio estupendo, aunque en aquel momento me hacía retroceder.
De la ciudad de Corón casi no se salva nada si no buceas, es difícil hacer nada si no es en un tour, y es muy poco paseable, da al mar, pero curiosamente desde casi ningún sitio se disfruta. Descubrimos un gran sitio para comer, Brújita, con comida sabrosa, pero aún allí era difícil huir del ruido.
Es Navidad y hay feria, aunque aquí toda la feria consiste en apostar dinero, y desde muy pequeño. Hay muchos tipos de apuestas, todas sencillas y coloridas. No gane nada. Hay que ir entrenando para Macao.
Me he leído La chica del tren, el libro que nos dejó Ana en Bunaken. Se lee bien, libro perfecto de playa, de crímenes, intriga, mujeres malas y/o reales. Me hace gracia que los personajes del libro pasen tanto calor. ...en Inglaterra, pero por lo demás se puede recomendar. El tren me recuerda el que va a Londres desde Reading, el mismo ambiente.
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