Finalmente conseguimos salir de Corón y como siempre una vez que se acepta la realidad se disfruta mucho más de esta. Problemas del primer mundo, pasar la Navidad en una playa o en otra, casi me da vergüenza reconocerlo, pero cómo te puede afectar algo tan minúsculo?
El viaje de vuelta es mucho mejor, más sol, menos viento, menos olas, se disfruta más del paisaje y de la lectura, y llegamos en siete horas. Al ya conocer el pueblo toda la logística va a ser más sencilla aquí. Al final son unos días de fiesta extraordinarios que no parecen de Navidad en este paisaje y con este clima
El plan es muy sencillo, disfrutar de la playa hasta que sea momento de volver a Manila, así que nos quedamos cuatro noches aquí y nos pegamos tres días estupendos en la playa de las cabañas, a 3 km del pueblo y donde todos los triciclos te quieren llevar, un traslado de 100 pesos por el que siempre te piden más, pero sólo 5 segundos.
La playa es muy bonita, pero mejores son las vistas, con un perfil de montañas y de islas metidas en el mar. La playa de arena blanca y palmeras, y lo mejor un par de chiringuitos, con tumbonas y cervezas frías.
El primer día la caminamos toda por la costa, hay una isla que se une a la principal por unas tirolinas. Si se sigue la costa ya no hay absolutamente nada ni nadie y las vistas son igual de extremas.
En si no hay nada mas, Nochebuena.
Las cena de nochebuena en la playa pero a las siete de la tarde, la de navidad finalmente con vino y pizza, pero hecha a la piedra, navidades distintas, navidades excepcionales. Pero se echa de menos a la gente, a la familia, los amigos, las cenas, .... seria estupendo poder tele transportarse unos días antes de seguir viaje.
En un cambio express en el Art Cafe me he leído otro libro de playa en papel, la Dama de Saigón. Me ha entretenido, aunque es el típico libro en el que los diez o doce personajes coinciden sin parar en cualquier lugar del mundo. Me ha gustado porque parte esta ambientado en Manila, y en una guerra en la que no sabía que habíamos luchado, la de la Conchinchina. No es novela histórica, sino novela en un momento histórico, pero aceptando eso se lee muy bien en la playa.
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