domingo, 10 de enero de 2016

Tainan

Y sale el sol de nuevo, como estar de vuelta en casa o más al sur en este viaje. Tainan es la antigua capital de la Isla Hermosa, con mucha historia para aprender aunque relativamente poca para ver. Aquí se asentaron los holandeses, y de aquí fueron expulsados por Konxinga, un general chino que intentaba luchar por la dinastía Ming frente a la Qing, la unificadora de China.  En esa lucha en el siglo XVII consigue derrotar a los holandeses y su estirpe gobierna aquí medio siglo antes de caer ante los Qing. Luego fue centro de la defensa en la guerra entre chinos y japoneses y antes puerto comercial abierto de nuevo a las transacciones internacionales después de la guerra del Opio.... y de todo esto vas viendo algún detalle o recuerdo por la calle y sobre todo muchos templos.


La estación de tren está muy bien localizada y nos quedamos cerca, en el Famous hotel, muy buen hotel muy chino, sin número 4 para evitar las malas suertes, ni en el ascensor, ni en las plantas ni siquiera en los números de las habitaciones. Los desayunos incluidos son también muy chinos y cuesta a primera hora de la mañana. No hay más occidentales en el hotel. Desde la habitación hay unas vistas estupendas a un templo que antes era la casa de un general, así eran antes las ciudades chinas. Tiene una geometría hipnotizante,  y cuanto más sencillos más me gustan. Recuerda las visiones en la Ciudad Prohibida o algún pueblito del interior de China. 


Hay muchos templos y aunque me encanta el diseño tan chino me cuesta diferenciarlos y apreciar  esas diferencias, pero disfruto de los detalles y del colorido. Muy cerca está el templo del Dios de la guerra y al lado el de la patrona de Taiwan, Matsu, divinidad ligada al mar. Es un personaje histórico que hace diez siglos que se diviniza,  no muy distinto de nuestros santos cristianos.


Y al lado uno de los lugares donde se encontraba uno de los fuertes holandeses. Ahora un par de casas torres chinas, las Torres Chihkan de madera y piedra muy coloridas y con jardines. Es de los pocos sitios que cobran,  pero poco, algo más de un euro. Aquí hay tortugas de piedra con lápidas inscritas igual que en Vietnam. 


Paseando por la ciudad llegamos al Templo de Confuncio,  de los más agradables, también con jardines y grandes árboles. Desmantelado en más de un 80% por los japoneses que lo usaron como cuartel fue la primera universidad de Taiwan. Aquí los japoneses son lo que los franceses a España, la referencia destructiva en el patrimonio local. A Confuncio se le supone ser el gran vehículo conservador de las tradiciones y educación china.

También queda una puerta con algo de muralla original, esta en un parque de grandes árboles pero esta lejos de ser Xian, hay que tener mucha imaginación,  aunque el lugar esta muy tranquilo y se ve parte de la riqueza natural y tropical de este país,  los árboles llenos de ardillas y de pájaros de colores.


Todavía quedan más templos por ver, entre los más curiosos por la historia el de las cinco concubinas. Al caer Taiwan a manos de la dinastía Qing el último heredero de la dinastía Ming, muy digno él,  se suicidó,  y las concubinas para no ser menos se ahorcaron, y hasta los eunucos!!! Es otro jardín chino de grandes árboles y templo pequeño y colorido, muy tranquilo también. 

A Konxinga,  el conquistador, también le han dedicado un templo, en el centro de la ciudad, medio moderno pero de bellos colores. Aquí es donde leí gran parte de la historia, el pobre hombre murió a los 4 meses de la conquista, por lo visto de los muchos disgustos, incluidos los que le daban sus hijos que se liaban con las enfermeras. Al lado está el templo de la diosa de los niños, aquí vienen las madres a rezar.


Los últimos que vemos en el centro son los templos protectores de la ciudad y del inframundo,  aunque normalmente en los templos se ven demonios por todas partes. Es una pateada larga por la ciudad, que es agradable de andar a pesar de las motos que pasan y aparcan por todos los lados, los únicos mal educados en Taiwan van en dos ruedas.


La comida se nos ha dado mal y bien, depende que encuentres el local adecuado. Aquí hemos estado tres noches y cuando hemos encontrado mercado nocturno hemos disfrutado  bastante con cosas sabrosas como los pinchos variados sin traducción pero que llevan pulpo, queso, tomate, pollo o cosas desconocidas. Si está frito mejor, como con los dumplings de gambas. Si solo encontrábamos comida local de menú del día entonces no era posible disfrutar, las sopas y los pedazos irreconocibles de cosas flotando en agua no me atraían nada. En estos casos el 7/11 o el Family Mart son el comodín de emergencia. 


El segundo día cogemos la bicis del hotel y nos acercamos a la zona de Anping. Ya había ganas de andar en bici de nuevo. Anping es el puerto y ciudad original en Tainan.  El puerto dejó de ser útil cuando se llenó de sedimentos. Aquí están las primeras calles de Taiwan aunque apenas se reconoce el trazado, y aunque tiene rincones pintorescos no existe continuidad de casco histórico como lo entendemos en Europa.

El centro está en el antiguo fuerte de los holandeses, y como en todos los sitios turísticos de Taiwan se aprovecha la cuartada histórica para montar un montón de puestos de comida, feria y compras, como hace sol se disfruta mucho más. 


Al lado del fuerte  esta otro templo de Matsu,  este más elaborado y con más detalles. Es como una catedral con sus detalles tallados en la piedra y sus techos de madera trabajada. Eso sí,  los techos totalmente chinos con cientos de figuras coloridas, sobre todo dragones y ave fénix. 



Paseamos por las calles antiguas, están las de la época más reciente, siglo XIX, con casas de comerciantes abiertas al nuevo tráfico marino, y luego están los antiguos callejones originales de la colonia holandesa, con algún rincón curioso. Por supuesto con templos que aparecen de vez en  cuando y los leones con cuchillos en la boca como símbolo de protección.


Comemos bien  hoy, hay suerte, y vemos un mercado local en el que nos atrevemos con alguna cosa más,  sobre todo dulce. Es colorido, con cosas que se entienden a simple vista y cosas que no, aunque los tenderos muy agradables nos dan a probar de casi todo.

Los más curioso son las mujeres pelando ostras en grupo. Aquí las tienen como en bateas y crecen apiladas,  las traen en grandes capazos y en grupo las van secando de una a una, al echarlas en cubos todas juntas no se ven muy apetitosas. Aquí la tortilla de ostras es muy popular, ya la probamos,  es muy gelatinosa y a mi no me gusta.


Por la tarde le damos uso a la bici y aprovechamos para ir por el parque natural de Taxiang que está justo al lado, frontera con Amping. Es un delta del río con manglares y sorprendentemente cientos de aves: garzas, grullas, patos, grandes pájaros de pico curvo y otros muchos que viven comiendo bichos en el delta. Es un paseo muy agradable


Damos la vuelta y bordeamos la zona de Amping hasta llegar a una playa bastante salvaje, donde se ven las bateas y a unos cuantos locales intentando practicar surf sin suerte y sin olas. Esto es el estrecho de Taiwan, enfrente China aunque no se ve. Toda esta zona de paseo en bici es agradable y tiene un carril especial, aquí está  muy de moda el tema del ciclismo.

Volvemos por el puerto, mucho más pesquero de lo que me imaginaba,  con sus barcos con símbolos chinos y sus redes, mas bien cestas, y todos los artilugios necesarios para recoger las ostras.


Volviendo a la zona de Anping hay otro fuerte, mucho más moderno, de la guerra con Japón, esta todo rodeado de parque. Antes de llegar allí volvemos a cruzar el canal y recorremos otro parque distinto con un ambiente muy familiar y festivo, es sábado. Vemos todo tipo  de ocio. La pesca se ve que es muy popular, un tipo pescó un pez león  y lo devolvió al agua con mucho cuidado de no envenenarse. 

Volar cometas también  es popular y colorido,  así como pasear a los perros que tienen que son  casi de juguete. Se ve gente navegando y gente con aviones de modelismo. Y muchas pompas de jabón que es un negocio al alza en los parques. Es como un día de invierno con sol en una ciudad del mediterráneo. 

Un día muy completo y mucho mejor de lo esperado, será por el sol y la bici y la tranquilidad. Nos volvemos al hotel esquivando motos, a cenar, sacar los billetes del tren - desde donde escribo ahora- y seguir planificando.  La vida del viajero tiene sus propias rutinas y necesita cierta dedicación y no siempre apetece aunque aquí en Taiwan es relativamente fácil. 




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