miércoles, 20 de enero de 2016

Hong Kong

Hacía mucho que quería venir a Hong Kong pero siempre me venía un poco a desmano, demasiado lejos de los viajes anteriores sin posibilidad de incluir una escala de unos días,  así que he organizado para pasar por aquí desde Taiwan antes de volver a Filipinas. 

Tenia muchas ganas de ver la bahía con el skyline y el Hong Kong de Bruce Lee pero he quedado un poco decepcionado, sobre todo por lo segundo, del Hong Kong de las películas -antiguas- ya no queda nada, y eso sí la bahía es espectacular, más de noche que de día, pero quizás por las expectativas o porque Shangai con su lado colonial y moderno,  o Chicago desde el Lago, o Nueva York en barco con sus torres gemelas me gustaron mas.


Hace frío aquí,  nunca lo hubiera imaginado, unos 12 o 14 grados, llueve mucho, está muy nublado y hay niebla, eso tampoco ayuda. Nos quedamos en un hotel muy céntrico en una habitación que está muy bien pero de casita de muñecas en un edificio que da un poco de miedo  por fuera, una de las múltiples casa colmena de la ciudad.

No tuve la oportunidad de venir cuando Ani estaba aquí trabajando, una pena -que me ha echado en cara-, pero me ha mandado algunas ideas de local que me han venido muy bien. Sobre todo alguna recomendación culinaria,  como el restaurante Michelin más barato del mundo, en el que se comen dumplings y comida china y en el que todo lo que pides está rico, té barra libre y menos de 10 euros por persona,  eso sí hay que ir a deshora, son 4, y están siempre atestados de gente local.

El primer día que no para de llover me meto en el museo de Historia, está muy bien, muy bien montado, fácil de seguir, no aburre, y es gratis. Tiene una parte curiosa con las cuatro razas chinas que habitan en Hong Kong, sus costumbres y como se han ido repartiendo el terreno, agricultores y pescadores. También tiene una zona muy bien montada con una reproducción de calles del Hong Kong colonial de antes de la guerra, han comprado tiendas antiguas y las han montado dentro, algunas muy curiosas: farmacia, venta de té, teterias,  alimentación,  sastrería y hasta una casa de empeños.


La zona que tenía ganas de ver en el museo es la de la guerra del opio, quizá la guerra por motivos más vergonzosos de la historia, como todas económica y movida por el comercio, pero básicamente para obligar a los chinos a que aceptaran la entrada de la droga en el país para consumo local, producto redondo. Al negarse los chinos simplemente les declaran la guerra los ingleses que por poderío tecnológico no les duran ni un telediario y les obligan a abrir los puertos al comercio, se quedan con la isla de Hong Kong y les hacen pagar los gastos. Unos años despues en la segunda guerra del opio simplemente se extiende el conflicto, ahora con ayuda francesa que ya estaba por el actual Vietnam - allí ayudados por nosotros!!!!- Inglaterra se queda con algún pedacito mas alrededor de la isla de Hong Kong. Escobar y El Chapo se hubieran salido con la armada inglesa.

Hong Kong según los tratados de aquellas guerras se devolvió en el 1997, pasó de nuevo a China, con la condición  de que en 50 años no se cambiara nada, pero ya llevan 20, el tiempo vuela, así que hay nervios, y de hecho he visto varias manifestaciones contra China en la calle - curiosamente con mini contra manifestación-. Otro territorio que es China, pero no, aunque más china  que Taiwan.


No tenía muy claro como era el territorio de Hong Kong. La isla de Hong Kong es la principal, donde está la bahía de Victoria y los famosos rascacielos. Justo enfrente hay una península que forma parte de la china continental, aquí nos quedábamos. La isla de Lantau es la más grande, donde está el aeropuerto. Está unida por grandes puentes, curiosamente la isla de Hong Kong no, sólo por el metro.

Me ha sorprendido lo verde que es, curiosamente está muy poblado, con edificios terribles colmena por muchos lugares y sin embargo hay grandes zonas verdes de montaña,  en todo el territorio,  pero incluso en la propia isla de Hong Kong. Una de las cosas que más me ha gustado de la isla es el aviario que tienen en el parque de Hong Kong, nunca había estado en uno tan grande, tienen gran variedad de pájaros,  sobre todo de Indonesia,  vuelan libres en una gran carpa cubierta por una malla, al pasear tranquilamente se ven decenas de pájaros coloridos.


También los tranvías. En el museo había alguno original de madera. En la isla de Hong Kong todavía tienen rutas, modernos pero réplicas del diseño original son verdaderamente fotogénicos y estupendos para pasear y ver el ambiente, son muy baratos, ni medio euro. Otra idea de Ani. Para ver la ciudad con lluvia nos han venido muy bien.


Por supuesto los edificios de la zona moderna, más que individuales el conjunto, la continuidad de edificios hasta donde te llega la vista, de largo y casi de alto si hay nubes. Hemos pasado varias veces en barco, de dia y de noche, también un muy buen paseo por menos de medio euro. Pero en general la isla no es para andar, es difícil de moverte por el suelo si no sabes por donde van los pasos elevados, una ciudad para los coches y las oficinas, me ha decepcionado por esa parte un poco.



He visto muchísima chica filipina en la calle, debía ser su día libre, como hacia malo hacían una especie de botellón pero de comida en el metro y subterráneos, tapadas por cartones por el frío. Hasta 1930 era legal comprar niñas en China para tenerlas trabajando en casa en estado de semi esclavitud. La inmigración ha creado un modelo para reemplazar al chino, más avanzado y justo se supone.

En la península además del museo nos hemos acercado a ver a Bruce Lee y el paseo local de las estrellas, debe ser una copia de Los Angeles pero estaba cerrada esa parte por obras, a Bruce si le hemos visto. Desde esta zona es donde mejor se ve la bahía,  todos los días a las ocho de la noche hay un espectáculo muy famoso de luces y música con los edificios como protagonistas.  Va mucha gente a verlo pero a mi me ha parecido realmente pobre, casi cutre, más para una ciudad como Hong Kong.


Los mercados también me han gustado mucho pero por el colorido, sobre todo el de las flores con un variedad y cantidad increíble,  no sólo orquídeas de tamaño descomunal sino todo tipo de rosas, claveles y demás que yo no sé como se llaman. Además es un mercado de verdad,  donde la gente compra y vende, no sólo un reclamo turista.


Lo mismo me ha pasado con el de los pájaros,  no sólo es colorido por los bichos que se pueden ver fuera de sus jaulas sino por el ambiente local, los señores se traen a sus pájaros al parque, para que les de el aire, para enseñarlos,  para estar con los amigos... como pasear al perro pero con jaula.


Los otros mercados si me han parecido un turisteo total, sobre todo el más famoso de las mujeres, realmente solo hay cosas muy horteras, me imagino que muy pensado para chinos de China y llevar regalos en grupo, muchas cosas se venden de cinco en cinco o de seis en seis y además te insisten mucho con la venta de copias de todo, relojes,  bolsos, etc. También hay muchos indios pesados en la calle principal con el mismo tema, y con hacerme un traje!!!

Esta zona se supone que es una de las más pobladas del mundo, y se nota, es un agobio, hay gente por todos los sitios, se echaba de menos el orden y la educación taiwanesa, y eso que en Taiwan está también muy concentrado la población. Me imagino que si no se viene en viaje de largo recorrido puede parecer más exótico,  pero a mi justo en este momento me ha parecido más bien un poco caótico y con poco encanto, pero además necesito la luz del sol.



El último día en Hong Kong nos acercamos a la isla de Lantau, en teoría es una de las visitas recomendadas pero con tan mal clima no ha sido gran cosa. Al ir para allá en autobús de día se disfruta de la bahía y de ver uno de los puertos comerciales más grandes del mundo de cerca,  en otros grandes puertos como Singapur o Roterdam están lejos del paso habitual.

Tras pasar por unos puentes kilométricos llegamos al teleférico de Lantau, no parece gran idea subir con este clima pero para una vez que estoy aquí me animo,  y efectivamente no merece la pena, a los 10 minutos o menos nos traga la niebla, es como estar en una cámara curiosamente brillante, pero por lo menos llegamos al monasterio y a la zona del Gran Buda.


Nunca había andado en una niebla así ¿o eran nubes? No se ve a mas de cinco metros. Al gran buda subimos, pero verlo verlo .... no lo vemos, lo intuimos.  Es el buda sentado más grande del mundo. 


El monasterio que es budista es interesante,  hacia tiempo que no veía uno, últimamente eran todo templos. En la niebla se ve curioso. Tiene dos grandes pabellones y templos interesantes, con grandes dragones de piedra en la entrada y la sala de los 1000 budas, a lo mejor hay más,  sentados cinco grandes,  y en la pared infinitos pequeños. Todo muy dorado. Geométrico.


Nos vamos porque además hace un frío que pela -para mi, uno 8 o 10 grados- íbamos a ir a ver un pueblo de pescadores pero con este tiempo cambiamos plan y volvemos a los mercados que fueron de las mejores visitas, y además empieza a salir el sol.



Según han ido pasando los días me ha ido gustando la ciudad un poco más, pero no me ha vuelto loco, me ha gustado mucho menos que Singapur o la propia Kuala Lumpur, me esperaba más pero el tiempo no ha ayudado a disfrutar. Además, curiosamente, parece que cuando cambio de país echo de menos lo bueno del anterior y tardo un poco en apreciar lo bueno del nuevo, en sólo tres días no me ha dado tiempo a  madurar este proceso y curiosamente he echado de menos el orden, la facilidad,  la educación de Taiwan.




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