sábado, 30 de enero de 2016

Malapascua

La isla de Malapascua,  como muchas otras, me gusta mucho más con el paso de los dias, así que mejor que escribo ahora que llevo cuatro días aquí. Es un destino para bucear, con sus lugares de tranquilidad, no grandes playas pero bonitos rincones, gran colonia de españoles dedicados al buceo -o que quieren bucear en español- y algunas zonas menos bonitas.


Después de quedarme un día de mas en Cebú por la lluvia, día que uso para planificar y aprovechar más cenas con amigos -que los empiezo a cansar que ellos están trabajando  y mucho - salimos para Malapascua. Llueve todo el día otra vez, y el autobús nos lleva más de 4 horas para alcanzar el borde norte de Cebú.  Toda la costa es agradable,  mar y pueblos con iglesias y Rizales.

Al llegar a Maya, final de trayecto,  para tomar el barquito a Malapascua tenemos el típico enfrentamiento con mafia de transporte local. En los autobuses y las estaciones es muy fácil y además no insisten nada, los locales son agradables y simplemente te mandan al autobús.  Los triciclos, aunque cansinos, es un tema de regateo y saber los precios un poco para no sentirse engañado. Con las barcas es más complicado,  no hay salida, así que simplemente te mienten y te toca discutir. Como sólo somos cinco viajeros se complica un poco, pero después del rifirrafe nos conseguimos subir a tiempo por el precio casi real,  100 pesos en vez de 80. Llueve sin parar, es tarde y en el barco nos ponemos hasta arriba de agua, dulce y salada. Al llegar todavía hay que desembarcar a una pequeña barca que te acerca a casi tierra, pero aún así te mojas más.


Al llegar a Malapascua la entrada no es prometedora. Hace dos años el tifón Yolanda destrozó la isla y se nota en esta playa en concreto. Las callejuelas no parecen las de una isla tropical, la lluvia no ayuda. Después de dar unos cuantos paseos nos quedamos en un resort en reconversión, Purple Snapper,  y nos enteramos rápido del buceo.

Al día siguiente y con sol la isla empieza a tomar forma. La paseamos de arriba a abajo,  la población tiene 4 calles, de mayor a menor calidad, cuanto más cerca de la playa mejor, con los sitios de buceo y las terracitas con cojines en la arena. La playa es muy visual,  pero no una playa de nadar, casi que ni de estar. Te estás en el chiringuito,  y el uso para los buceadores y los barcos.


Al otro lado de la isla se llega en poco más de una hora andando, en cuanto se sale de la población las casitas y la isla tiene más encanto, aunque hay algo de problema con las basuras, está más sucia que otros sitios de Filipinas. En la otra punta las playas son mucho más salvajes y un pedacito de paraíso,  con palmeras, arena blanca y un mar para nadar.


Por aquí se ven los estragos del tifón,  algún resort estupendo esta totalmente destrozado. Los cocoteros en gran parte de la isla partidos al medio. Eso sí,  se respeta la medida del cocotero y se construye siempre más bajo como dice Theroux, la medida máxima de una vivienda debería ser un cocotero.... por lo menos la vivienda tropical.


En la costa norte se abren pequeñas bahías,  y en cada una un mar azul,  pueblo de pescadores,  muchas barcas y gallos sin parar, gallos de pelea que a veces tienen mejores casas que las familias. Vemos un bingo muy local, juega todo el pueblo, y los numeros son en español. Ya tengo composición de lugar de la isla,  de aquí en adelante todo va a ir a mejor y a excepcional, sobre todo al meterme más y más en el agua.


Por supuesto vamos a ver los tiburones zorro. Malapascua es el único lugar del mundo donde se pueden ver. Viven a 150 metros, son ciegos, y suben a unas plataformas de limpieza en Monad, que se han hecho zona protegida. La verdad es que es una experiencia especial cuando vienen nadando hacia ti moviendo esa cola gigantescamente desproporcionada, son realmente bonitos,  únicos.  Merece la pena los minutos que pasas con ellos.


Hubo bastante suerte. Antes fuimos a buscar tiburones martillo, que ya es época,  pero después de 50 minutos en el medio del azul casi negro - no eran ni las 5.30 de la mañana - no los vimos, eso sí,  vi un tiburón gris de arrecife que nunca había visto, también con la cola más larga de lo normal, pero no tanto como el zorro. Al hacer esta inmersión primero nos quitamos los grupos que van todos a la misma zona a ver a los zorros. Se les ve de rodillas en el suelo, a 30 metros,  delante de una cuerda que han puesto bajo bajo el agua, como el teatro. Nosotros bajamos solos y vimos a 4 que además se acercaron mucho.

La verdad es que el buceo aquí es muy cómodo,  hemos ido solo siete personas, tres dive master, y seis en total de tripulación en el barco, te ponen hasta las aletas, me encanta!!!!  Un barco super amplio y con camas en el centro,  el mejor barco de buceo hasta ahora. El centro de buceo es pequeño,  más personal,  el dive master es español, un encanto. Aquí me he encontrado a Li, el instructor de Sudáfrica que me tuve en el Advanced,  a Pablo y a Kike de Perentians,  a Pak que le vimos en Manila ..... toda la comunidad de buceadores en español,  un buen nicho de mercado.



Nos hemos acercado un día día a bucear a la isla de Calagganban, isla pájaro por la forma o los pájaros -que yo no veo- La isla en si merece una visita, es una franja de tierra con sólo cocoteros,  una lengua de arena que se adentra en el mar, un lateral de piedra caliza plana y un mar azul turquesa, la típica isla de postal. Cobran 10 euros por venir, espero que sirva para que por lo menos no se la vendan a Beckam. El paseo alrededor de la isla es un lujo, los visitantes de la isla se concentra en la lengua de arena a hacerse selfies.  Se le da la vuelta en poco más de media hora.


Por debajo del agua es un paisaje distinto. Aquí en Filipinas el coral suele estar muy mal, sobre todo si esta cerca de poblaciones,  la dinamita,  el cianuro, los tifones, los barcos, el snorkel, .... se lo ponen muy  difícil al mar, pero en Filipinas hay mucha vida y al irse a sitios un poco más remotos se ve mucho bicho, y se ven corales blandos muy coloridos, aquí en concreto las paredes parece que tienen árboles.


En la dos inmersiones que hemos hecho aquí hemos visto muchos peces escorpión que cada vez veo más fácil y cada vez disfruto más, morenas y alguna coloridos nadando por ahí,  peces halcón con narices muy largas que se cuelan entre los árboles de coral, muchos nemos,  anémonas y damiselas, un cangrejo de porcelana muy enrollado, peces caja de miniatura, ....


Con tanto buceo he pasado a disfrutar mucho más de los bichos pequeños, Lembeh un punto de inflexión, con tantas criaturas raras y coloridas. También noto muchísimo que me controlo mucho mejor en el agua y eso me hace disfrutar más. Aquí he visto algún nudibranquio realmente de cuento.



Las puesta de sol son estupendas, el tiempo se ha recuperado y todas las tardes hemos tenido un espectáculo antes de irnos a cenar. El color es tan naranja que resulta difícil de creer y además las nubes y las islita cercanas hacen el paisaje más colorido.


Ademas de reencontrarnos con dive masters hemos conocido más españoles que nunca, quizás desde Rantenpao.  Hablando con una pareja que vive y trabaja en Ocaña he vuelto a descubrir que la vida puede ser más barata cerca de casa que en Malasia o Filipinas. 

Malapascua se llama así por unos españoles que naufragaron aquí justo el día de Navidad, todos los que vienen ahora terminarán por cambiarle el nombre. Tumbado en la playa, en uno de los cojines de un bar, con las cervezas a un euro, y las estrellas que llegan hasta el borde del mar dan ganas de cambiárselo pero ya.



No consigo cambiar mis libros, se ve que sólo los alemanes leen, los españoles bucean, vocean- más que los chinos-, y se toman alguna que otra copa - por lo visto cuanto más ron y menos coca cola más baratos los cuba libres-. Me he leído en un rato Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, de la lista de pendientes y una curiosidad. No me ha encantado como Los Viajes de Gulliver que me sorprendieron, por las historia y por los mensajes entre líneas para esa generación. Alicia es un cuento y sólo un cuento, y Disney  me impide imaginarme nada, lo mismo que les pasará a la nueva a generación de niños que vea el Señor de los Anillos antes de leerse el libro. ... si es que se lo leen.  

martes, 26 de enero de 2016

Oslob

La siguiente parada es en un pueblo de la costa este, Oslob, básicamente para ver tiburones ballena. Mucho he leído sobre venir o no aquí,  pero nos pilla de paso para volver a Cebú City a ver a mis compis y tomarme otra cerveza con conocidos ocho meses después! !!!


El tema es que aquí los pescadores empezaron a a alimentar a los tiburones ballena y ahora se han quedado. No suena muy ecológico que alimenten a un pez migratorio y me espeluzna un poco todo el turisteo alrededor pero la verdad es que los quiero ver y probar. En Luzón nos quedaba muy lejos ir a verlos y en Leite también nos lleva casi cinco días ir y volver. 

El paseo en autobús ha sido muy agradable, los pueblos más coloniales, todo pegado al mar, más vida de campo, verdaderamente con un aire un poco caribeño y los dos autobuses no han costado ni dos euros por persona. El único tráfico son motos, triciclos a pedales y a motor, curiosamente hay muchísimos a pedales, me imagino que para distancias cortas, el asiático anda poco y asi se reparte un poco la riqueza.


Al llegar a Oslob nos paramos a comer antes de buscar alojamiento y casualidades de la vida el único otro chico en el lugar es español,  Miguel, un tirador del equipo olímpico español que lo dejo todo en España,  en Castilla La Mancha, y ahora trabaja para la Federación Filipina. Curiosamente me dice que aquí ha cambiado su vida, que no volverá,  que todo es más simple, .... en el equipo lo hacen todo, fabrican el equipo de competición y hasta compra bicicletas para llevarse los chicos a las competiciones, para él una vida más simple y más feliz que en Europa. 

Me vuelve a costar un rato encontrar alojamiento,  nos quedamos en la residencia Crónin,  agradable, al lado del mar. Aquí los pescadores con los tiburones han pasado a una nueva economía. El pueblo tiene un pequeño rincón agradable y colonial, con la antigua iglesia y el cuartel español,  todo construido con coral, algo difícil de ver en otros lugares del mundo.


Me da la sensación de haber dos Filipinas,  la de las grandes  ciudades, y el resto. Los pueblos bastante tranquilos y agradables aunque no bonitos, y quizá el matiz, la cercanía al mar que les da un encanto especial, el mar aquí es perfecto y todo son islas, aunque realmente las playas no son gran cosa, las excepcionales son eso, excepciones.


Y ha estado muy bien. Y no. Para mi un poco lo esperado. Muy bien porque he visto a los tiburones ballena estupendamente,  muy cerca,  mucho tiempo y muchos,  al menos seis o siete, no muy grandes,  unos seis o siete metros. Impresiona verlos moverse bajo el agua, que sea un ser vivo, con esos puntos blancos como de diseño y su boca alargada aspirándolo todo.


Y no muy bien, más por los humanos que por otra cosa. Eramos bastantes, unos 100, y eso que hemos ido en moto taxi a las 5.30 de la mañana, y nos hemos subido en la primera barca, y eso nos ha dado diez minutos iniciales más tranquilos, con menos gente. Luego se ha llenado y aunque cien no parezcan muchos, se convierten en muchos al ir todos al mismo sitio a la misma vez, pero sobre todo por el comportamiento. En vez de disfrutar del bicho y verlo pasar hay mucha gente acercándose demasiado solo para hacerse una foto con su palo selfie acuático y empujando a todo el mundo,  tiburón incluido. Aún así,  con un poco de tranquilidad se disfruta mucho cuando lo veías pasar y no había mucha gente alrededor.


El tema de darles de comer hace que parezcan un poco mascotas,  se hace raro, un animal tan grande. Sin duda creo que el modelo es malo, pero también es verdad que da de comer a toda esta zona de costa,  no sólo los pescadores, también hoteles, restaurantes y transportes. Quizá un sistema más libre, como las reservas de África, aunque con algún limite sería una mejor opción,  para peces y para individuos, pero claro o se suben los precios -como en Africa- o se vive con menos ingresos, y por supuesto ves lo que ves, no se te garantiza nada.


Luego, después de pillar una buena mojadura en la moto - parece que hay ola de frío en Asia, 4 grados en Taipei, 85 muertos!!! -, y desayunar ensaimadas nos vamos en bus para Cebú City, a otra noche de amigos y cervezas. Por el camino se pasan pueblos con algo más de encanto, mas pueblos coloniales, con bellas iglesias de piedra y casas de madera, y por supuesto parques de Rizal con terribles estatuas de escayola, pintadas o no, pero todas feas. 

lunes, 25 de enero de 2016

Moalboal

Y de vuelta en Filipinas. Ahora a la zona de Visayas, al sur, entre Luzón y Mindanao. Muchas islas grandes, medianas y pequeñas. Empiezo por Cebú,  por logística y para aprovechar que el mundo es pequeño y encontrarme con Javi, Dani y Guillermo, que me hace mucha ilusión y además me traen cosas de occidente, desde lentillas hasta la declaración  de la renta de UK!!

Cebú city me apetece poco así que paramos para ver a los colegas y dejamos la visita para la vuelta porque saldremos por aquí. Después de pasar la noche de cervezas -que me sientan fatal- y de charlas - que me sienta genial- salimos al día siguiente tarde para Maolboal. En la costa oeste de Cebú


El viaje en bus es lento y da un poco de pereza, con gente subiendo y bajando sin parar a vender de todo, antes me hacía más gracia, me parecía más exótico,  hoy quiero salir del bus pronto, hace mucho calor, hay un trafico terrible hasta que se sale de la ciudad, luego mejora mucho. Aún así tarda tres hora para 90 km. Se ve algún pueblo un poco más colonial y al acercarse al mar Filipinas mejora. 

Comemos en Maolboal pero nos alojamos en la playa de Panagsama,  un sitio muy tranquilo, para bucear, beber, comer y no hacer nada. Sólo una calle de tierra, sin tráfico y chiringuitos de cerveza y buceo. Me cuesta encontrar donde dormir, al final con ayuda de un chileno nos quedamos en Yvonne Apartelle,  muy bien y tranquilo por 800 pesos. El único problema son los gallos,  pero no tiene solución, Filipinas  es así.


Nos quedamos cinco noches, y un lujo de días, el buceo ha estado muy bien, muy tranquilo, y con alguna inmersión muy buena. El sitio se ha hecho un poco famoso por los bancos de sardinas, y la verdad es que se disfruta un montón rodeado por millones de peces en una inmersión muy fácil desde la costa


Además,  pegado a la pared de coral, se encuentran bichos muy curiosos, sobre todos los peces sapos gigantes que han sido espectaculares, se les veía perfectamente y totalmente impertérritos.  Los peces escorpión también muy visuales perfectamente camuflados.



Decenas de peces pipa por todos los sitios, como los caballitos de mar estirados. Y algún que otro pez pipa fantasma que me siguen pareciendo espectaculares.


La otra inmersión que me ha gustado mucho ha sido a la isla de pescador, un islote de piedra maciza, como a 500 metros de la costa que tiene unos corales mucho más vivos y coloridos.


Aquí daba de nuevo la sensación de pecera aunque los peces no eran muy grandes. También había corales blandos muy vistosos.


He vuelto vuelta ver cangrejos porcelana que sólo había visto un  vez en mi vida y más peces sapo, este azul y también muy muy tranquilo.



El resto del tiempo leer, San Miguel, pizzas y un poco de snorkel, más bichillos de cerca y gratis. El snorkel está bien aunque hay medusas, bastantes, pequeñas pero pican. Playa realmente no hay, aunque te puedes asomar por varios sitios a la costa lo suyo es quedarse sentado o tumbado en el chiringuito,  y disfrutar el mar.

Un día nos hemos acercado a White Beach, no es tan blanca pero es una playa de verdad, nos hemos ido en moto, por un euro, y hemos pasado el día al sol leyendo. Es una playa muy local, es decir, menos cuidada y mucho más ruidosa pero se disfruta del ambiente local, otra experiencia. No es realmente impresionante y los chiringuitos no son acogedores así que sólo fuimos un día.


En esta zona de Maolboal vemos mucho blanco mayor con local joven,  se sigue haciendo raro, cada vez más raro, y cuanto más raro el blanco mayor, peor..... difícil de juzgar, pero cada vez me gusta menos, me parece sacar ventaja de un país pobre, aún cuando a muchas de ellas les compense, o las traten bien. También hay chicas en España que se lían con Paquirrin o quien toque,  claro que también me parece raro aunque allí me hace más gracia, me da la sensación de ellas ser más listas y aquí tener menos opciones.

Comemos bien, pero con mucha pizza y pasta y más caro que en en Filipinas local, sólo hay sitios turísticos,  aunque Maolboal no es un centro con grandes resorts, sino con pequeños centros y guesthouses. Pero el lujo es comer asomado al mar, un par de noches las tortugas han venido debajo de la terraza del restaurante a comer, se las veía perfectamente, verdes, grandes.



Me he leído un libro de playa malo en inglés en papel, Driven, en teoría la segunda parte de Drive, me he enterado de poco y me ha gustado menos, en teoría la película era bastante buena, le dieron un premio en Cannes. A ver si la veo. No me gustan los libros con asesinos sin ideas claras, simplemente perdidos en el mundo.  Gracias a Dios luego me he leído El Túnel de Sábato y me ha restituido las ganas de leer, también un asesino,  que no es que tenga las ideas muy claras, desquiciado, pero me ha gustado como está escrito y la idea de contar su crimen, sus obsesiones.

jueves, 21 de enero de 2016

Macao

Al revés que Hong Kong Macao me ha gustado mucho más de lo que esperaba, aquí combinación de expectativas bajas, que ha salido el sol, y que realmente están muy bien repartidos y cuidados los 25 edificios declarados patrimonio de la Humanidad - la UNESCO vuelve a ser referencia en esto. Sobre todo porque es como encontrarse con un pedacito de lo mejor de Portugal con toque asiático.  Único. Y además tiene una parte moderna, y arquitectónicamente curiosa con el gran tinglado de los casinos que complementa el día muy bien.


Desde Hong Kong venimos en Jet Ferry, salimos desde el lado peninsular. Por unos 45 euros vas y vuelves en el día con la vuelta abierta hasta las 22.30, hay ferries más tarde si se te da muy bien el casino, hasta las tres de la mañana. El viaje es de una hora, muy cómodo y completamente abarrotado. Parecen todos chinos. Nada más llegar en el puerto ya están los autobuses gratuitos de los casinos para llevarte a cada uno, sin perder tiempo. Nosotros cogemos uno al centro histórico, de pagar, pero poco, ni medio euro.

Hay cruce de aduana, aunque Hong Kong y Macao son chinas, no te sellan el pasaporte pero te dan un visado de tres meses. La moneda en Macao es la pataca pero no hace falta, en todos los sitios te cobran en dólares de Hong Kong que tienen el mismo valor, y en los casinos las patacas ni se pueden usar.

La verdad es que la historia de la colonia es muy curiosa, fue cedida por China hacia el siglo XVII y sólo devuelta tras muchas negociaciones en 1999, también con un acuerdo para que no cambiara la ley y normas locales, incluso se mantiene el portugués como idioma oficial con el chino, es una de las cosas que le da un ambiente más colonial a la ciudad, ver todos los carteles bilingües, muy fáciles para los españoles,  imposibles en chino.


Nos pegamos todo el día andando. Aunque la zona histórica no tiene ni la riqueza  ni la continuidad de los casos históricos europeos o incluso las ciudades coloniales en Sudamérica si que hay como tres o cuatro zonas con especial encanto porque se concentran varios edificios o porque se ve el contraste portugués con un templo chino.

La plaza mayor es la del Senado que conserva edificios neoclásicos,  la casa de la misericordia para huérfanos sobre todo de náufragos,  y por estar tan cerca del año nuevo chino, lleno de muñecos feísimos, este año del mono.


Desde esta plaza se sube a la catedral, se pasa por alguna calle antigua con alguna casa china y da a la iglesia de los dominicos, de las más bonitas, amarilla brillante. Los chinos haciéndose selfie con palo delante de la Virgen o Santo Domingo lo hace muy kitsch, aunque dentro de los edificios se ve a muy pocos,  están todos comprando y comiendo. La cantidad de gente en estas calles un lunes de enero es difícil de creer, todo lleno de tiendas de comestibles y una marea china que avanza y te engulle quieras o no. Hay que terminar de ver Asia ya, esto se acaba en unos años, en cuanto construyan más aeropuertos.

Por esta zona comemos, también mezcla colonial y oriental. Los pasteles de carne de Taiwan al horno que es lo que mas me ha gustado hasta ahora de la comida china y los pasteles de huevo de Lisboa, que me encantan, aunque los originales Belem son imbatibles. 

Por aquí llegamos a la foto por excelencia de Macao, la fachada de la iglesia sobre la escalinata,  destruida múltiples veces por los incendios es lo único que queda,  la verdad es que es muy visual y sorprende aunque la hayas visto mil veces, más bonita desde lejos, pero con detalles curiosos desde cerca, sobre todo los demonios.


Al lado está la fortaleza más famosa, muy bien conservada, quedan otras tres en la ciudad. Muy portugués, como en Malaca. Tiene un paseo agradable y una vistas curiosas entre los cañones, casi todos apuntando al edificio de cristal de flor de loto. Me ha sorprendido el edificio. No es un loto como el templo de India sino una gran torre de cristal que le salen como hojas en la parte superior. Me ha parecido horrible la primera vez y con el paso del día me ha ido gustando más.  Diferente sin duda.


Aquí al lado de la fachada hay un templo chino minúsculo adosado a un pedazo de muralla portuguesa, hecha con piedra, paja y de todo. Uno de los momento contraste, aunque de muralla no queda más de diez metros el templo le da color y olor, incienso por todos los sitios. En esta zona también hay alguna calle curiosa.

Hay un parque de Camoes muy cerca como en Lisboa, era el jardín de una casa de un tipo adinerado, las dos pertenecen ahora a la ciudad. Justo enfrente en la plaza se ve a los locales jugando al ajedrez chino y sacando a sus pájaros con jaula a pasear. Las plazas me encantan,  las echo de menos en las ciudades asiáticas,  esos sitios para sentarse y disfrutar la vida.


Aquí he encontrado casi de casualidad el cementerio protestante, casi como un pedacito de la historia de la navegación,  las tumbas están muy bien  restauradas, es más un parque que un cementerio. Casi todos los muertos son marineros de paso por la colonia, las inscripciones detallan la enfermedad,  el barco,  el cargo..... me ha gustado.

Nos perdemos por las calles con construcciones más modernas pero trazado colonial, con más plazas, mercados locales con mucha vida y algún otro templo curioso, tradicional, colorido.


Y de aquí nos vamos en bus a la punta de la península a ver el templo que dio origen al nombre de la colonia, la bahía de Ma, que por cómo suena en chino los portugueses decidieron que la zona era Macau.


Este templo es distinto, muy antiguo, más de 500 años,  construido entre rocas, con pequeños templos aquí y allá. La cantidad de humo de incienso es increíble,  aquí se usan mucho las espirales de incienso y los palos como troncos de quemar. También se ve el dinero en cubos que van dejando los creyentes, todos quemando sus papelillos y encendiendo su incienso. El negocio deja pasta.


Desde aquí toda la calle hasta el centro, la plaza del senado, tiene sus cosillas originales, el castillo de los moros, las plazoletas sacadas de Lisboa pero con viejos chinos y las ermitas.

La casa del mandarín me sorprende, esta muy bien conservada.  Obviamente es la casa oriental de un escritor chino, con sus rasgos orientales pero no diferentes de las grandes casas romanas o toledanas en algunos de sus principios,  sobre todo los patios interiores.


La última zona es donde está la iglesia de San Lorenzo, Los agustinos, el teatro del siglo XIX que por dentro se conserva muy bien, alguna casa señorial convertida en biblioteca y más plazas, todo pintado en colores, verde y amarillo. Un buen rincón para terminar la visita histórica. Ya es de noche.



Y para despedirse una visita al Venetian, al Casino. No es lo mismo sin Angel pero es casi una obligación. Vamos en uno de los autobuses gratuitos y se disfruta del paseo con la ciudad moderna iluminada, los edificios y lagos, la torre de comunicaciones y unos puentes de tamaño descomunal que realmente asombran. Están construyendo uno que no se a donde va, creo que a la China continental, pero no se ve el fin.

Los casinos nuevos, el proyecto del mismo tipo que lo intento en Madrid, por desgracia sin éxito están en las islas de enfrente de la península.  El terreno entre las dos islas se ha rellenado con tierra y lo han unido todo, como tres islas en una. Y está amalgama esta unida por los grandes puentes. Los casinos en si son edificios descomunales, en el Sands, mas de 13.000 habitaciones.

El Venetian  es como Venecia pero de día por dentro. A veces hortera, siempre me lo parece al principio,  pero impresionante también. Los edificios son descomunales y la verdad es que están muy bien hechos. Ahora están haciendo la torre Eiffel para un casino nuevo. Son como unos diez casinos que ya hace muchos años que hacen más dinero que Las Vegas, hay 1500 millones de Chinos que sólo pueden jugar aquí.


Son Casinos pero son centros del ocio moderno, básicamente orientados al gasto sin control y al consumo, grandes centros comerciales,  tiendas, espectáculos de todo tipo, restaurantes y por supuesto casinos. Y lo importante,  no perdí,   gane lo suficiente para pagar el barco de vuelta. Sólo estuve como una hora, pero la ruleta con sólo chinos jugando ya no es tan divertida. Ya me pasó  la ultima vez en Madrid, no es sólo aqui. No sólo chinos, sino muchos, muchos chinos, sólo vi un occidental dentro!!



Finalmente conseguí terminar La vieja sirena de Sampedro,  una decepción,  estaba en mi lista de pendientes y no me ha conseguido enganchar y me he tenido que esforzar para terminarlo. Quizá he confundido al Sampedro filósofo que me encanta con el escritor, y su estilo no me ha gustado, una pena porque tiene un montón de elementos que me gustan, como la localización histórica,  justo en la época de la Palmira de Zenobia,  pero me ha parecido muy repetitivo en algunos mensajes y en la manera de los personajes de hablar consigo mismos constantemente.  El final si me ha gustado. Quizás porque era el final. Por como se asocia con el título. 


miércoles, 20 de enero de 2016

Hong Kong

Hacía mucho que quería venir a Hong Kong pero siempre me venía un poco a desmano, demasiado lejos de los viajes anteriores sin posibilidad de incluir una escala de unos días,  así que he organizado para pasar por aquí desde Taiwan antes de volver a Filipinas. 

Tenia muchas ganas de ver la bahía con el skyline y el Hong Kong de Bruce Lee pero he quedado un poco decepcionado, sobre todo por lo segundo, del Hong Kong de las películas -antiguas- ya no queda nada, y eso sí la bahía es espectacular, más de noche que de día, pero quizás por las expectativas o porque Shangai con su lado colonial y moderno,  o Chicago desde el Lago, o Nueva York en barco con sus torres gemelas me gustaron mas.


Hace frío aquí,  nunca lo hubiera imaginado, unos 12 o 14 grados, llueve mucho, está muy nublado y hay niebla, eso tampoco ayuda. Nos quedamos en un hotel muy céntrico en una habitación que está muy bien pero de casita de muñecas en un edificio que da un poco de miedo  por fuera, una de las múltiples casa colmena de la ciudad.

No tuve la oportunidad de venir cuando Ani estaba aquí trabajando, una pena -que me ha echado en cara-, pero me ha mandado algunas ideas de local que me han venido muy bien. Sobre todo alguna recomendación culinaria,  como el restaurante Michelin más barato del mundo, en el que se comen dumplings y comida china y en el que todo lo que pides está rico, té barra libre y menos de 10 euros por persona,  eso sí hay que ir a deshora, son 4, y están siempre atestados de gente local.

El primer día que no para de llover me meto en el museo de Historia, está muy bien, muy bien montado, fácil de seguir, no aburre, y es gratis. Tiene una parte curiosa con las cuatro razas chinas que habitan en Hong Kong, sus costumbres y como se han ido repartiendo el terreno, agricultores y pescadores. También tiene una zona muy bien montada con una reproducción de calles del Hong Kong colonial de antes de la guerra, han comprado tiendas antiguas y las han montado dentro, algunas muy curiosas: farmacia, venta de té, teterias,  alimentación,  sastrería y hasta una casa de empeños.


La zona que tenía ganas de ver en el museo es la de la guerra del opio, quizá la guerra por motivos más vergonzosos de la historia, como todas económica y movida por el comercio, pero básicamente para obligar a los chinos a que aceptaran la entrada de la droga en el país para consumo local, producto redondo. Al negarse los chinos simplemente les declaran la guerra los ingleses que por poderío tecnológico no les duran ni un telediario y les obligan a abrir los puertos al comercio, se quedan con la isla de Hong Kong y les hacen pagar los gastos. Unos años despues en la segunda guerra del opio simplemente se extiende el conflicto, ahora con ayuda francesa que ya estaba por el actual Vietnam - allí ayudados por nosotros!!!!- Inglaterra se queda con algún pedacito mas alrededor de la isla de Hong Kong. Escobar y El Chapo se hubieran salido con la armada inglesa.

Hong Kong según los tratados de aquellas guerras se devolvió en el 1997, pasó de nuevo a China, con la condición  de que en 50 años no se cambiara nada, pero ya llevan 20, el tiempo vuela, así que hay nervios, y de hecho he visto varias manifestaciones contra China en la calle - curiosamente con mini contra manifestación-. Otro territorio que es China, pero no, aunque más china  que Taiwan.


No tenía muy claro como era el territorio de Hong Kong. La isla de Hong Kong es la principal, donde está la bahía de Victoria y los famosos rascacielos. Justo enfrente hay una península que forma parte de la china continental, aquí nos quedábamos. La isla de Lantau es la más grande, donde está el aeropuerto. Está unida por grandes puentes, curiosamente la isla de Hong Kong no, sólo por el metro.

Me ha sorprendido lo verde que es, curiosamente está muy poblado, con edificios terribles colmena por muchos lugares y sin embargo hay grandes zonas verdes de montaña,  en todo el territorio,  pero incluso en la propia isla de Hong Kong. Una de las cosas que más me ha gustado de la isla es el aviario que tienen en el parque de Hong Kong, nunca había estado en uno tan grande, tienen gran variedad de pájaros,  sobre todo de Indonesia,  vuelan libres en una gran carpa cubierta por una malla, al pasear tranquilamente se ven decenas de pájaros coloridos.


También los tranvías. En el museo había alguno original de madera. En la isla de Hong Kong todavía tienen rutas, modernos pero réplicas del diseño original son verdaderamente fotogénicos y estupendos para pasear y ver el ambiente, son muy baratos, ni medio euro. Otra idea de Ani. Para ver la ciudad con lluvia nos han venido muy bien.


Por supuesto los edificios de la zona moderna, más que individuales el conjunto, la continuidad de edificios hasta donde te llega la vista, de largo y casi de alto si hay nubes. Hemos pasado varias veces en barco, de dia y de noche, también un muy buen paseo por menos de medio euro. Pero en general la isla no es para andar, es difícil de moverte por el suelo si no sabes por donde van los pasos elevados, una ciudad para los coches y las oficinas, me ha decepcionado por esa parte un poco.



He visto muchísima chica filipina en la calle, debía ser su día libre, como hacia malo hacían una especie de botellón pero de comida en el metro y subterráneos, tapadas por cartones por el frío. Hasta 1930 era legal comprar niñas en China para tenerlas trabajando en casa en estado de semi esclavitud. La inmigración ha creado un modelo para reemplazar al chino, más avanzado y justo se supone.

En la península además del museo nos hemos acercado a ver a Bruce Lee y el paseo local de las estrellas, debe ser una copia de Los Angeles pero estaba cerrada esa parte por obras, a Bruce si le hemos visto. Desde esta zona es donde mejor se ve la bahía,  todos los días a las ocho de la noche hay un espectáculo muy famoso de luces y música con los edificios como protagonistas.  Va mucha gente a verlo pero a mi me ha parecido realmente pobre, casi cutre, más para una ciudad como Hong Kong.


Los mercados también me han gustado mucho pero por el colorido, sobre todo el de las flores con un variedad y cantidad increíble,  no sólo orquídeas de tamaño descomunal sino todo tipo de rosas, claveles y demás que yo no sé como se llaman. Además es un mercado de verdad,  donde la gente compra y vende, no sólo un reclamo turista.


Lo mismo me ha pasado con el de los pájaros,  no sólo es colorido por los bichos que se pueden ver fuera de sus jaulas sino por el ambiente local, los señores se traen a sus pájaros al parque, para que les de el aire, para enseñarlos,  para estar con los amigos... como pasear al perro pero con jaula.


Los otros mercados si me han parecido un turisteo total, sobre todo el más famoso de las mujeres, realmente solo hay cosas muy horteras, me imagino que muy pensado para chinos de China y llevar regalos en grupo, muchas cosas se venden de cinco en cinco o de seis en seis y además te insisten mucho con la venta de copias de todo, relojes,  bolsos, etc. También hay muchos indios pesados en la calle principal con el mismo tema, y con hacerme un traje!!!

Esta zona se supone que es una de las más pobladas del mundo, y se nota, es un agobio, hay gente por todos los sitios, se echaba de menos el orden y la educación taiwanesa, y eso que en Taiwan está también muy concentrado la población. Me imagino que si no se viene en viaje de largo recorrido puede parecer más exótico,  pero a mi justo en este momento me ha parecido más bien un poco caótico y con poco encanto, pero además necesito la luz del sol.



El último día en Hong Kong nos acercamos a la isla de Lantau, en teoría es una de las visitas recomendadas pero con tan mal clima no ha sido gran cosa. Al ir para allá en autobús de día se disfruta de la bahía y de ver uno de los puertos comerciales más grandes del mundo de cerca,  en otros grandes puertos como Singapur o Roterdam están lejos del paso habitual.

Tras pasar por unos puentes kilométricos llegamos al teleférico de Lantau, no parece gran idea subir con este clima pero para una vez que estoy aquí me animo,  y efectivamente no merece la pena, a los 10 minutos o menos nos traga la niebla, es como estar en una cámara curiosamente brillante, pero por lo menos llegamos al monasterio y a la zona del Gran Buda.


Nunca había andado en una niebla así ¿o eran nubes? No se ve a mas de cinco metros. Al gran buda subimos, pero verlo verlo .... no lo vemos, lo intuimos.  Es el buda sentado más grande del mundo. 


El monasterio que es budista es interesante,  hacia tiempo que no veía uno, últimamente eran todo templos. En la niebla se ve curioso. Tiene dos grandes pabellones y templos interesantes, con grandes dragones de piedra en la entrada y la sala de los 1000 budas, a lo mejor hay más,  sentados cinco grandes,  y en la pared infinitos pequeños. Todo muy dorado. Geométrico.


Nos vamos porque además hace un frío que pela -para mi, uno 8 o 10 grados- íbamos a ir a ver un pueblo de pescadores pero con este tiempo cambiamos plan y volvemos a los mercados que fueron de las mejores visitas, y además empieza a salir el sol.



Según han ido pasando los días me ha ido gustando la ciudad un poco más, pero no me ha vuelto loco, me ha gustado mucho menos que Singapur o la propia Kuala Lumpur, me esperaba más pero el tiempo no ha ayudado a disfrutar. Además, curiosamente, parece que cuando cambio de país echo de menos lo bueno del anterior y tardo un poco en apreciar lo bueno del nuevo, en sólo tres días no me ha dado tiempo a  madurar este proceso y curiosamente he echado de menos el orden, la facilidad,  la educación de Taiwan.