jueves, 5 de noviembre de 2015

Togean - Togean

Volvemos a Wakai con una idea en la cabeza, quiero ver el bombardero. En Togean hay un B24 americano derribado por los japoneses en la II Guerra Mundial, y uno de mis sueños pendientes es bucear en un pecio de un avión de la II Guerra Mundial,  así que no voy a dejar escapar la oportunidad.



Después de las tres horas en barco local llegamos a Wakai. La idea es ir a Kadiriri,  pero al bajar al muelle conocemos a Irina, nuestro rusa que ha comprado el Sunset Beach, unas cabañas con playa antes de llegar a Kadiriri en la isla de Togean,  la isla grande que le da nombre al archipiélago.  Ella es dive master, podemos alquilar los equipos y tiene precios imbatibles ....y es la única en el muelle, así que nos vamos con ella. Antes compramos viandas en Wakai, pescados y verduras.

La cabañas están muy bien, tienen años pero Irina las ha arreglado. Además estamos completamente solos, todo para nosotros otra vez, playa incluida. Muy tranquilo, con Irina, nuestro capitán y nuestra cocinera. Luego nos enteraremos que este sitio era de un inglés, conductor de autobús,  casado con Uní,  cuyo padre nos llevo a Malengue. Por lo visto necesitaba el dinero, también por lo visto se emborrachaba mucho cuando estaba aquí, hasta que se cayó desde el balcón de las habitaciones. .. a lo mejor ha vendido para evitar riesgos laborales.


Nos quedamos aquí tres noches, las tardes balanceándose en las hamacas, mirando el mar y las islas enfrente. El nombre del sitio es verdad. Las puestas de sol en la playa sobre el mar son muy relajantes, las vistas inmejorables,  todo desde la hamaca con un buen libro.



Al día siguiente nos vamos al bombardero. Es una verdadera excursión.  Salimos a las 8.00 y regresamos a las 15.00. El gobierno ha creado un centro de buceo en Wakai, para formar dive masters locales, todo el equipo es muy nuevo, aquí lo alquilamos. La idea es muy buena, la ejecución final más dudosa, no vemos a ningún local entrenando. Quizás porque los funcionarios se dedican a otros negocios en paralelo.

Luego hay casi dos horas en barca hasta el pecio - si es que se puede llamar así, probablemente no. En inglés se le llaman Wreck igual - El paisaje es muy curioso porque vamos por el canal que separa dos de las islas grandes del archipiélago,  con manglar y pequeños pueblos y cocoteros no sabes si es un lago o un río,  pero desde luego no parece el mar.


Finalmente llegamos, está muy cerca de la orilla. Justo enfrente de un bonito pueblo Bajo completamente sobre las aguas de dos islotes. El piloto intento llegar a tierra a aterrizar después de ser alcanzado por el fuego japonés,  llegó hasta sacar el tren  de aterrizaje, pero las islas son muy rocosas así que imagino que decidieron saltar y dejar el avión amerizar en la costa. Me han dicho que se salvó toda la tripulación. Podían ir hasta 11 de tripulación en este cacharro.

Es una de las inmersiones más fáciles que hecho nunca pese a la barca en la que venimos que es bastante exótica.  No hay nada de corriente, visibilidad aceptable, un par de  cuerdas para bajar. También ha sido de las inmersiones más divertidas de mi vida. Sueño cumplido, y expectativas superadas. El avión está en suelo arenoso, a unos 20 metros de profundidad y se encuentra en perfecto estado. Es ya un arrecife, lleva aquí unos 70 años y los corales y las esponjas lo invaden.  La forma del avión se ve perfectamente, con la cola característica unida con dos alerones laterales y las alas llenas de peces y coral.


Lo he visto tantas veces en las películas,  con el nido de ametralladora en la cola, con un asiento para el artillero y con otra metralleta doble justo detrás de la cabina con otro sitio para el artillero, ahora ocupada por unas anémonas y sus peces payaso. El puesto de ametralladora del frente, por debajo de la cabina no se distingue bien, hay que imaginárselo. El avión solo tiene una salida por la parte de atrás,  por ella pasamos y se puede ver el avión por dentro, me parece muy estrecho para tanta tripulación. En algún sitio he leído que le bautizaron ataúd volante porque era difícil salir del el si había algún problema, realmente parece difícil maniobrar hay dentro con un paracaídas. 


Él avión reposa sobre el ala derecha. Esta escorado y si te asomas por debajo del otro ala se ve el tren de aterrizaje. Por delante se distinguen los cuatro motores, el más cercano a la cabina todavía con la hélice que se ve perfectamente. En la cabina del piloto se ven los mandos y el asiento. La ametralladora que iba en la barriga del avión no se ve, esta posado sobre ella. Tampoco estoy seguro si todos los modelos de B24 la llevaban.


La cola esta colonizada por esponjas, y estas invadidas por peces león,  que también se dedican a volar por su territorio. Es un vuelo que me encanta, aquí hay tres. También se ven más en las alas, mimetizado con unos curiosos corales en forma de enredadera.



Le doy tres vueltas, me he quedado atontado viéndolo.  Los últimos 15 minutos de la inmersión nos acercamos a unos  corales cercanos. Subir a la barca no es fácil.  Es viaje de vuelta se hace corto, dejamos el equipo y nos volvemos a disfrutar de la puesta de sol. Por cierto, exigen ser Advanced para bajar, curioso, nosotros hemos ido de una manera muy artesanal, privada, y económica.  A mi me ha encantado. 



Todavía nos queda otra gran sorpresa aquí. También  hablando con viajeros hemos descubierto que existe un lago de medusas que no pican. A mi me suena de algún documental, por lo visto hay dos o tres en el mundo.


En algún momento el mar estaba dentro de la isla, pero se cerró el paso del agua y se creó un lago salado. Las medusas, al no tener depredadores ni amenazas han ido perdiendo sus defensas urticantes.  El resultado, un lago lleno de  medusas con las que se puede nadar y tocar sin riesgo. Un espectáculo. 


Está a menos de media hora de nuestro  alojamiento,  nos vamos con el capitán e Irina. El paisaje como siempre muy relajante. El lago en si también  parece como de otra zona del mundo. Llegas a una playa, cruzas 15 metros de tierra y allí está.  Podría ser un lago europeo, pero según empiezas a mirar al agua empiezas a adivinar vida, vida medusa. Entrar en el agua da cierta aprensión,  medio minuto después es simple diversión y asombro.


Siempre me han gustado las medusas bajo el agua, pero aquí hay cientos e inofensivas. Parece que hay dos especies,  pero a mi me parece diferenciar más.  Las hay de todos los tamaños,  y cuando la vista se acostumbra al verde intenso del lago las ves por todas partes. Al tacto son muy suaves. Se mueven como con un pequeño motor, haciendo ventosa con la cabeza y dejando las patas detrás.  Curiosamente no chocan entre ellas, no se como lo hacen. En teoría solo viven un mes. Irina nos dice que nunca había visto tantas.


El capitán nos espera en Karina Beach. Salimos del lago y nos vamos allí haciendo snorkel. El coral es el mejor que hemos visto en Togean. El capitán nos ha preparado unos cocos en la playa. Todo esta al alcance de la mano. Aquí,  en la playa, igual que en el lago y las cabañas estamos solos. La excursión nos ha costado 5€.



A la vuelta disfrutamos del último rato aquí. Ha sido excepcional.  Llegan dos clientes nuevos, unos alemanes con los que coincidimos en Bunaken.  Irina me ofrece quedarme de manager aquí.  Demasiado pronto. Demasiado aislado. Pero nunca se sabe, también buscan en Sanctum,  todavía más aislado!!! 

No puedo seguir comiendo más atún por  mucho tiempo. Las cocinas son todas abiertas, muy tradicional. Pero la variedad es muy poca, limitaciones de la lejania de las islas. El agua se hierve con leña,  sabe casi como Talisker, por lo menos la parte del humo. La luz se limita a unas horas al día.  El agua de las duchas y baños depende de pozos que se les están secando, aquí nos tienen que ir a buscar el agua del la ducha a otros pueblos. 

Nada de esto es un problema cuando se está por aquí,  me ha encantado la gente, la vida tradicional y virgen de los isleños, y por supuesto el paisaje y las atracciones. Es mejor de lo esperado. Mañana volvemos a madrugar para irnos en el ferry a Ampana. En teoría unas 4 horas y luego ir yendo hacia el sur, a seguir descubriendo las Célebes. 


Hace casi un mes que duermo oyendo el mar desde una cabaña de madera. Lo voy a extrañar.

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