Es un día de vuelos. Y una noche previa un poco caos. Parece que no hay ni un hotel libre en Banda Aceh y en teoría vamos a llegar muy tarde, en estos casos siempre me gusta tener donde ir directamente la primera noche. Más en Asia, más en una zona en la que se aplica la Sharia. Siempre me da respeto, lo intento comprender, pero ni lo entiendo ni lo comparto, y a pesar de la mente abierta, el espíritu viajero y demás mentiría si digo que no siento recelos, y casi busco confirmación continua para reafirmarme en mis principios. Por desgracia en estos días a veces los recelos son mayores, los musulmanes son agradables y no los veo violentos, pero sus principios de vida diaria son totalmente distintos de los míos y mientras que aquí son llevaderos, porque estoy de paso y me adapto, de vuelta en casa son a veces inaceptables porque para ellos son irrenunciables y no están de visita.
Volamos con Lion Air, no esta mal, pero a veces da la misma sensación que los buses públicos. Vamos a Banda Aceh y vamos a parar dos veces, tres despegues y aterrizajes, uno de ellos en un sitio ni que sabía donde estaba cuanto me subo al avión - luego sabre que está justo enfrente de Singapur. Tampoco lo venden como vuelo con dos escalas porque en una no te bajan del avión, pero ya me había enterado así que vamos preparados. No es barato, y está lejos, casi 4 horas volando en total, pero cruzamos casi completamente Java y Sumatra, mas de 2000 km.
Para llegar a Pulau Weh salimos en ferry, el paseo es agradable, ayer se hundió uno en Surabaya, pero este parece moderno y estable. Nada mas salir nos encontramos que el mar se parte en dos colores, no tengo claro si es la corriente y la desembocadura del río, pero parece cortado y pintado en dos colores.
Llegamos en menos de dos horas, la isla desde fuera se ve muy bonita, volcánica y virgen, por aquí también paso el tsunami y la reconstruyeron completamente, de hecho llego mucho dinero a sus habitantes. Negocio con un local para que me lleven en tuk tuk a Gapang donde vamos a un centro de buceo de unos españoles del que hablan muy bien, pequeño y tranquilo. Tras un poco de regateo, todo es más fácil cuando sabes el precio, sufres menos y te relajas antes, nos lleva por 80.000 rupias y una media hora. La isla por dentro es pura selva, con todos los verdes y una costa escarpada que dibuja distintas bahías.
La llegada es un poco decepcionante, no esperaba una playa espectacular, pero quizás una zona más completa. Es verdad que está nublado pero la playa es pequeña y realmente me deja pensando que me he equivocado. Empieza a mejorar cuando encontramos a Nico, uno de los gemelos que lleva el centro, catalán andaluz que enseguida nos ayuda con la logística. Una vez cerrado el tema acomodación nos quedamos en el centro y el ambiente es el ideal, tipos muy tranquilos, pocos clientes y stress, y hasta sale el sol. Comemos y cenamos y todo mejora, pero aún así la zona tiene nada, quizás por eso me empieza a gustar.
Las costumbres musulmanes aquí son muy tradicionales, de hecho al ser viernes el centro esta cerrado y no se puede hacer nada hasta las dos, ni nadar!! Tampoco les gustan los perros, así que por lo visto los envenenan, los chicos de aquí tienen un par de ellos en protección. De la cerveza ni hablar. Y la cantidad de normas es ridícula. Parece ser que la paranoia por la moralidad llega a niveles estúpidos, y parece ser que las denuncias personales son muy habituales, una especie de gran hermano musulmán.
Hemos pasado toda la semana en Gapang, que no llega a playa, sobre todo con la marea alta, es más bien una bahía, pero limpia, de aguas claras, con un pequeño camino de tierra y negocios locales donde hemos comido estupendamente, con un toque occidental que ya necesitábamos. No tiene más de 600 metros, al principio está nuestro bungalow, aceptable, hay muy poco donde elegir. Al fondo la tienda de buceo, moster divers. El día se va en esos 600 metros.
El buceo ha estado bien pero complicado, para principiantes no es. Hay mucha corriente y variada - además nos ha pillado luna llena -, muchos buceos son profundos, hemos llegado con poca visibilidad y además hay una invasión de medusas, nunca había visto tantas, ni en el lago de medusas de Togean.
Fuimos al plateau de los tiburones y la verdad es que nada más bajar me encantó lo que vi, rodeado de peces de colores, lleno de escuelas de los ballestas azules de dientes rojos. Vimos a los tiburones de punta negra durmiendo en el fondo del mar y muchas muchas morenas, una de ellas gigante nadando libre.
En la segunda inmersión vimos decenas de rayas diablo, muchísimas. Habíamos visto ya alguna el día antes. La visibilidad no es muy buena y no lo disfrutamos todo lo que debiéramos, con un poco de mejores condiciones hubiera sido espectacular, así se nos queda un poco sabor agridulce. No hay pruebas gráficas, sólo de la medusas de la que tuve que estar huyendo toda la inmersión, aunque al final me cazaron en la superficie.
Hacemos un inmersión más relajada y más larga, enfrente de gapang. Vamos con un chico local y vemos muchos cosas. Vemos muchos pipe fish, algunos muy grandes, de nuevo el Robust, y lo mejor de todos los fantasma pero muchos más coloridos que en Bunaken.
También vemos una barbaridad de peces león, de los que no te cansas de ver. También más anguilas de jardín, lenguados, rayas de puntos azules a las que se enganchan rémoras, y rémoras que se quieren enganchar a nosotros con su cabeza de suela de zapato.
También veo un bicho nuevo, el cangrejo de porcelana, se esconde detrás de la grandes anémonas donde viven los payasos. Muy colorido.
Para terminar nos animamos con el cañón. Una inmersión en el otro lado de la isla. Pasamos en barca por el kilómetro cero, donde se acaba o empieza Indonesia. Están haciendo un monumento terrible. Debajo del agua es muy bonito, con muchos corales de abanico y gorgonias. El buceo no es fácil pero es bonito, mas de paisaje que de bichos. La visibilidad es mejor, las medusas no están.
El buceo no ha estado mal pero me lo esperaba mejor, me imagino que el tsunami ha destruido mucho coral. También ha destruido otro vida marina que hace que algunos bichos ya no vengan como los tiburones ballena. También es verdad que tiendo a comparar con otros sitios recientes y que no es temporada aquí.
La tienda y los chicos son un regalo, la verdad es que hay un ambiente de familia y amigos muy agradable, y la experiencia en general muy positiva, pese a las primeras impresiones de la playa. La lluvia nos ha perdonado, todas las grandes lluvias ha sido de noche. El suministro de luz ha sido un cruz, sobre todo el fin de semana, justo cuando necesitamos reservar vuelos e investigar. Pero bueno, esto también hace el lugar más tranquilo.
Sólo un día nos hemos ido explorar y poco, nos hemos acercado a la playa de al lado, Iboih. El paseo merece la pena, la isla se ve como parque jurásico, se ve mejor desde el mar, árboles en cada hueco. La playa en si no merece la pena aunque en teoría es la que viene recomendada en todos los sitios. Casi no hay playa, esta preparado para las visitas locales de fin de semana y tiene muy poco encanto, eso sí el agua es transparente y la isla de enfrente, Rubiah, que es más selva en un peñasco.
Por el camino se pasan zonas de manglar, aquí se aprecia perfectamente la invasión de medusas. Al bajar la marea la tierra queda rosa, con las medusas todavía moviéndose donde hay un poco de agua. Los cangrejos violinistas casi se quedan sin espacio.
El último día como siempre lo peor despedirse y dejar atrás la comodidad de otro sitio conocido y confortable, me adapto pronto a todos estos sitios. Aquí se queda la familia Monster con Fernando, Nicolás, Sergi, Vanessa y Aitana, un sitio para bucear con amigos, se nos adapta el plan perfectamente, ahora bien, tenemos que practicar más en corriente para sufrir menos y estar menos tensos.
Tras liquidar las cuentas nos vamos el viernes pronto, el día de descanso local, Tony nos viene a buscar a las 6.30 en su tuk tuk y nos volvemos a cruzar la isla, justo a tiempo para coger el ferry lento que vuelve a salir antes de tiempo. De nuevo nos vamos rodeados de locales para Banda Aceh, o fumando o mirando el móvil, un poco deprimente. Como el 0-4 que nos ha metido el Barsa, por lo menos disfrute del ambiente local hasta las tres de la mañana con los bares abarrotados, fútbol y té, la verdadera marca España.
Me he terminado de leer el libro de viajes de Paul Theroux, Ghost train to the Eastern Star, en papel e inglés, me ha encantado, aunque en inglés he perdido parte de la belleza de la escritura, demasiado adjetivo que desconozco, pero la manera de narrar sus viajes y sus contactos con la gente realmente me han entretenido y me han hecho pensar. Ha pasado por los mismo destinos de hace 40 años pero en el 2006, por muchos sitios más o menos cuando yo pasé. Uzbekistán, India, Camboya, Tailandia, Laos, Sri Lanka, Vietnam, y aunque me reconozco en algunos pensamientos y discrepo en otros, me ha hecho pensar, revivir y simplemente disfrutar. Entre las ideas que se me han quedado es la del placer voyeurista de ver un país rural, tranquilo, parado en el tiempo, donde a veces los locales sólo ven miseria, pobreza y ganas de escapar. Quizás donde lo viví con más crudeza fue en Senegal, donde yo veía pueblos pesqueros tradicionales con mucha vida ellos claramente me dijeron que estaban intentado escapar en sus pateras a España, arriesgándose a la cárcel o a la muerte, en casa para ellos no había nada
Me he terminado de leer el libro de viajes de Paul Theroux, Ghost train to the Eastern Star, en papel e inglés, me ha encantado, aunque en inglés he perdido parte de la belleza de la escritura, demasiado adjetivo que desconozco, pero la manera de narrar sus viajes y sus contactos con la gente realmente me han entretenido y me han hecho pensar. Ha pasado por los mismo destinos de hace 40 años pero en el 2006, por muchos sitios más o menos cuando yo pasé. Uzbekistán, India, Camboya, Tailandia, Laos, Sri Lanka, Vietnam, y aunque me reconozco en algunos pensamientos y discrepo en otros, me ha hecho pensar, revivir y simplemente disfrutar. Entre las ideas que se me han quedado es la del placer voyeurista de ver un país rural, tranquilo, parado en el tiempo, donde a veces los locales sólo ven miseria, pobreza y ganas de escapar. Quizás donde lo viví con más crudeza fue en Senegal, donde yo veía pueblos pesqueros tradicionales con mucha vida ellos claramente me dijeron que estaban intentado escapar en sus pateras a España, arriesgándose a la cárcel o a la muerte, en casa para ellos no había nada
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