jueves, 11 de junio de 2015

Battambang


En el autobús a Battambang  conocemos a unos chicos de Pamplona, Iker y Amaya. Llevan 7 meses de viaje por Asia, así que son una gran fuente de información. India no les ha gustado, pero 3 meses allí pueden ser mucho. En cambio Malasia les ha convencido, genial porque estaba en los planes después de Camboya. Iker también provee  información tecnológica, que ayuda con mis múltiples carencias de usuario... pero sin duda lo que me deja loco es la aplicación que lleva en el móvil que maneja aparatos eléctricos!! Cualquiera!!! Hace funcionar el aire acondicionado!! Increíble!!! Esto reduce el precio de las habitaciones a la mitad. El hallazgo del día.

Nada mas llegar hay que manejar el pelotón de tuk tuks esperando en la estación. Me quedo con el más tranquilo. Nos lleva de hotel en hotel, son todos medio cuevas, no quedamos en el cuarto, buena wifi y limpio, y con el aire gratis. 5$. No nos podemos quejar.

Battambang es un sitio tranquilo, un poco catástrofe, con muchos mercados callejeros, de día y de noche, que es lo mejor de la ciudad. Una ciudad que vive al lado de su río, muy tradicional, llena de vida local, templos y monjes.



La comida no está mal en los puestos callejeros, salchichas, pollos, fritangas varias... y pan, un pan muy rico que no se encuentra fácil en Asia, herencia francesa.  Algún bocadillo de barbacoa nos hacemos. En los mercados los dulces locales están muy ricos, tienen los de estilo fritanga, pero también dulces de horno. Y el café, con hielo y leche condensada como en Vietnam, muy rico. La fruta dulce y muy barata.  Algún garito un poco mas relajado para tomar cerveza de barril. Hay que intentar no pasar de los dos litros diarios, pero cuesta: Anchor, Cambodia, Angkor.... todas frías y ligeras.

Desayunamos en los mercados, de puesto en puesto, probando un poco de todo, dulce y fruta. Comida en local más civilizado, con ventilador. La cena, en el mercado nocturno, con las variedades locales al lado del río. No es turístico, la gente muy sonriente y agradable, sin timos y gente honesta en los mercados. Los conductores llevan comisión por todo, así que hay que evitarlos y buscar por tu cuenta, no es problema, es caminable. 




Nuestro conductor nos lleva un día de excursión, parece legal, pero sobre todo es tranquilo, y tiene buen inglés. Estudia el fin de semana y tuktukea el resto. Después de ver un poco la ciudad salimos al campo, una de las estrellas aquí es el tren de bambú. La idea inicial es original para optimizar las vías coloniales y sobre todo optimizar la vía única. Una plataforma de bambú con un motorcillo muy ligera que se puede desmontar sencillamente si viene algo de frente. La prioridad la marca la ocupación de cada tren. Se bajan los que son menos. Lo vemos, pero parece un poco turistada y tiene a su policía corrupto cobrando comisión, así que no subimos. 


Seguimos excursión por el río, entre pueblos de pescadores musulmanes muy tradicionales. No hay escuela en el pueblo, a la más cercana no se puede ir andando no hay transporte público aquí, ... la siguiente generación trabaja desde muy pronto con sus padres. Hombres y mujeres cruzan el río andando. Los niños cruzan el rebaño de cabras en un barco. No están muy por la labor. Hay que subirlas en brazos.


El camino va de lado a lado del río por puentes colgantes, con plantaciones de casi todo: papaya, mangos, banano, chili, .... y hasta vino. Pena da ver las uvitas, mejor no probar el vino, no tiene buena fama.

También vemos los primeros murciélagos del día, de la fruta. Gigantes, colgando de los árboles. Como vampiros abrigados en sus capas. Cuando vuelan lo hacen como grandes pájaros. Ya los vi en Sri Lanka, pero me gustan e impresionan de nuevo.

Vamos al primer templo, es jemer antiguo.  En una colina. 350+ escalones. Está bonito, las vistas también. Tiene su encanto, aunque los templos después de una semana en Angkor impresionan menos. Los niños trabajando, abanicando a locales, o a nosotros, tiene bastante menos encanto. Difícil juzgar las economías familiares.

El segundo templo, más moderno, está todavía más alto, hay pagodas, un poco de todo. Esta muy sucio, raro para un sitio budista. La subida es dura, sudorosa. Arriba muchos macacos dando vueltas. Las pagodas se ven muy doradas y hay buenas vistas de las llanuras. También como un desfiladero que ahueca la montaña.


Los niños y mayores se hacen fotos conmigo, llevo la camiseta de Sergio Ramos. En la bajada vamos a las cuevas donde los jemeres rojos ejecutaban a los locales, unos 10.000 aquí. Les cortaban el cuello con una caña y los arrojaban a la cueva. Aquí trajeron a los habitantes de Battabang, a cultivar arroz y morir de hambre. Ahora es un templo. Los monjes rezan con las calaveras y otros huesos apilados en una urna.

Antes de irnos el espectáculo del día. En la montaña hay una cueva con 5-10 millones de murciélagos. Estos cazan insectos y salen al atardecer de caza. Todos a la vez. Curioso como se alinean para salir . Forman una serpiente negra en el cielo.... y no paran de salir en 20 minutos. Luego desde la distancia se ve la mancha en el cielo, cambiando, parece como si se fuera pintando el cielo. Impresionante. 




Los mercados están muy vivos, como todos en Asia. La comida siempre es lo más espectacular. Hay mucho bicho vivo, muerto y entre medias, ademas de lo de siempre llaman la atención las serpientes, las ranas ya peladas y todavía moviéndose, los peces vivos en agua y en seco, insectos vivos o fritos, incluidas las grandes cucarachas, murciélagos fritos, patos y gallinas, .... y partes de casi cualquier animal. 


Los precios están muy bien, 0.25$ una piña, 0.5$ café con leche, 1$ casi kilo lichis. Hay un montón de joyerías! Impresiona verlos contar y apilar verdaderos montones de billetes en bolsas de basura. Los aperitivos todos con chili, da igual que sean escarabajos que chirlas. Y todo el color de la fruta y la verdura. La reina para mi desgracia es la verdura.


También una local me ha tirado de los pelos de los brazos... you are beatiful me decía.... lo mismo debían pensar los monos de Angkor... o no.



La ciudad se anda fácil cuando el calor deja, fuera de los mercados lo mejor es pasear cerca del río. Hay algún templo y monasterio con sus monjes que salen a pedir por la mañana.  Ellos siempre con paraguas, para el monzón,  pero sobre todo para el sol.


Los monasterios budistas son muy coloridos, llenos de pagodas, monjas y perros. Alguna vez hay que andar con cuidado. Las pagodas menores alrededor de los templos son tumbas de monjes. 


Las casas coloniales son pocas y poco cuidadas pero el ambiente es agradable. También queda algún puente peatonal y algún edificio oficial bien cuidado. Aquí nos enteramos que el rey ha muerto y deja heredero. El partido en el poder, el PP de Camboya, lleva 15 años en en el poder. Los carteles están en todos los sitios. Cambodia People Party. Los de a  pie se vuelven a quejar. Los monjes siguen a su ritmo.



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