viernes, 1 de abril de 2016

Invercagill

El día se va estropeando al salir de los Catlins, cambiando, y cuando llegamos a Bluff ya había más nubes que sol, pero todavía hay mucha luz. Bluff es el puerto de Invercagill y me he acercado para comprar ostras, las de aquí son muy famosas. También es un punto límite de la isla, donde acaba la carretera. Stirling Point.


En la mitología maori la isla sur es la barca de Maui- el dios que pescaba islas y creo Hawai- y la isla más lejana de Stuart es el ancla, así que han hecho una escultura cadena. Es una bonita leyenda. Es curioso lo cerca que estamos del polo sin estar lejos del Ecuador, como me engaña el mapamundi plano. 

Después del fish and chips local nos acercamos a Invercagill. Una ciudad más fea que bonita. Aquí nos organizamos el alojamiento -es mi modus operandi aquí, reservar durante el día en las oficinas de información dependiendo de por donde vaya-.

Podemos ver a un bicho que se llama Tatatua. Un lagarto prehistórico que sólo se puede ver aquí en cautividad y en dos islas remotas más al sur, lleva millones de años anclado en la historia de la naturaleza. Un pequeño dinosaurio, me ha gustado.


Salimos hacia el norte, dejando ya los Catlins atrás pero siguiendo la ruta panorámica que pasa por Riverton. Un nombre muy original, una ciudad en un río. Por los visto de las más antiguas de aquí, ballenera. Desde las costa se ver todo el perfil de la isla sur de Nueva Zelanda.

Más al norte paramos en Cosy Nook, una pequeña bahía de piedra con tres casetas de madera y un mar salvaje entre rocas, para darnos el lujo de comernos media docena de ostras con sidra local encima de unas piedras. La verdad es que están estupendas, sabrosas y carnosas.


Más adelante más playas, Cole Bay, en teoría para los amantes del surf valientes. A la entrada una estatua que podría se perfectamente camboyana, fea y de escayola. La playa de piedras y conchas. La carretera cortada, una más. Un cartel de temporary que amenaza ser de largo plazo. Ayer un puente caído me llevo a dar un rodeo por carreteras de gravilla durante 20 kilometros...en mi Toyota enano. 

Los árboles en toda esta zona están como peinados por el aire, es una memoria también de la Patagonia pero estos árboles son más bonitos.  Los troncos se arrastran y las ramas y hojas están peinadas todas en la misma dirección. Un poco de cuento.


Como sobra tiempo me desvío para ver la Monkey Island en otra playa estupenda rodeado de acantilados de arena. Al fin una zona de acampada libre con servicios. Aquí en Nueva Zelanda casi no hay, me imagino que una estrategia entre la economía y la higiene. Australia y Tasmania estaba mucho más preparado. Aquí no hay ni una barbacoa!!!! Que pena.


Las última parada es el mirador Mc Craken, acantilados con prados verdes hasta el mar. Montañas al fondo. Playa inmensa llena de troncos. Curiosamente este país a veces me parece una mezcla de varios, y muchas veces las islas británicas e Irlanda me recuerdan con rincones parecidos, sobre todo Gales. 

A dormir a Tuatapere, la tierra de las salchichas. Nosotros nos decantamos por más ostras, cordero y vino local. Estupendo. El lodge backpackers todo para nosotros,  buena temporada para viajar. A ver si aguanta el tiempo.



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