domingo, 4 de octubre de 2015

Kuta

Se me han ido los últimos 20 días volando. Pero paso por paso. Salimos de Malasia y llegamos a Indonesia. El país de las 17.000 islas (o mas). Es como muchos países dentro de uno, cada isla grande o grupo de islas es como cambiar de país. Estuve el año pasado aquí y me encantó,  ha sido una de las principales razones de traerse el sabático a Asia. Poder disfrutar de algunas de estas islas, cada una un mundo aparte, con tiempo suficiente.

Empezamos por Bali, básicamente porque es el aeropuerto mejor conectado. Estuve el año pasado y me gustó poco, muy poco. Venía de Java que me había encantado y Bali me horrorizó.  Muy comercial,  muy turístico.  Tienda tras tienda durante kilómetros.  Sólo el norte de la isla me gusto, por el paisaje pero sobre todo por la gente, los lugares sagrados, las ceremonias religiosas.  Bali es la única isla de tradición hinduista en el país con mayor población musulmana de mundo.



La llegada al aeropuerto está vez no es mejor que la anterior en cuanto a sensaciones. El aeropuerto es muy bonito, imita un templo balinés,  pero en 15 minutos tenemos más gente y taxistas alrededor ofreciéndonos servicios que en los últimos tres meses en Malasia. Me canso rápido.  He buscado un hotel al lado del aeropuerto, el Kuta Airport Hotel, para ir al siguiente destino. Ya que hemos venido a parar a Bali nos vamos a ir a bucear a un lugar que me recomendó el dive master en Perentians. 

Lo mejor del aeropuerto de Bali es que te puedes ir andando andando a la ciudad, y en quince minutos estas en la playa. Esto es muy útil,  tan útil que para salir de aquí vine a comprar el billete directamente al aeropuerto. La zona en si es curiosa, es como un pequeño pueblo balinés,  con su muralla y todo. De noche tiene bastante mala pinta pero de día es agradable, son callejuelas de pueblo mal iluminadas que llegan hasta la ciudad.

Kuta es realmente horrible,  es como una combinación entre Magalluf y Benidorm, pero aquí los borrachos son australianos. No hay nada más que bares y restaurantes y chiringuitos que venden todo tipo de souvenirs. Tiene un trafico terrible,  y está lleno de gente ofreciéndote cosas o directamente intentando timarte,  como con el cambio de dinero.

La playa sin embargo me sorprende positivamente,  es una franja de arena muy larga y detrás hay una zona de árboles,  los hoteles y resorts detrás son agradables y casi ninguno sobrepasa la altura de los árboles lo que mantiene cierto encanto. La playa tiene unas olas increíbles, es estupenda para andar pero no para nadar. Sólo se ven banderas rojas pero las olas son un espectáculo. Nadie le hace demasiado caso a las banderas,  pero las olas impresionan.


Es  un paraíso para los surfistas,  yo todavía nunca he visto uno subido en una tabla encima de una ola pero se ven muchos intentándolo.  Parece ser que llevar un brazo totalmente tatuado forma parte del set  básico. Por lo menos del surfero australiano. Esto esta lleno de australianos, esta muy cerca de Australia y es extremadamente barato. En kuta es muy fácil encontrar hoteles al lado de la playa por 15 o 20 dólares. Esto es el precio de una cerveza en Sidney. El resultado es el Magalluf austral.


Pasamos otra noche más cerca del centro para dar una vuelta y conseguir transporte, nos alojamos en otra guesthouse.  Kuta Sari. Agradable pero ruidosa como toda la zona. Nos tomamos alguna cerveza local,  aquí es Bintang,  descubrimos que la comida es más cara que en Malasia y en esta zona casi imposible comer local, y descubrimos que hacen una bollería y pastelería estupenda,  y aprovechamos.

Cuando volvemos camino de Sulawesi paramos en otro hotel al lado del aeropuerto y cerca de la playa en su zona sur, mas cerca del aeropuerto.  Nos dicen un precio y al rato me intentan cobrar otro, así que nos cambiamos a un sitio que se llama Nom House después de cenar. Nos hemos dado una vuelta por la playa y hemos visto una puesta de sol excepcional .... con surfistas aún intentándolo! ! 


Pero este sitio es claramente un lugar a evitar, cómodo para escalas y por el aeropuerto, pero terrible para quedarse. Tiene todo lo malo que genera el turismo masivo. Así que nos vamos a bucear.

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