martes, 27 de octubre de 2015

Hacia Togean

Estamos en las Islas Togean,  en el golfo de Tomini en Sulawesi,  de vuelta en el hemisferio sur y en el Mar de las Molucas. De esta zona siempre había leído que era muy difícil llegar y muy difícil irse. Las dos afirmaciones siguen siendo ciertas. Pero vamos por partes porque de camino hay que subirse a casi todos los transportes.



Salimos del Parque Nacional de Tangkoko en un taxi compartido, bueno un coche local. Nos damos varias vueltas por el pueblo buscando clientes y finalmente encontramos a dos señoras que se nos unen. El pueblo para ser tan pequeño está lleno de iglesias,  algunas muy grandes. También se ve a la gente haciendo barcos de madera de un solo tronco a la puertas de su casa, totalmente artesanal. Todo el camino estamos rodeados de cocoteros. Nos cuesta poco más de un euro y medio por cabeza que nos dejen en la estación de buses.

En la estación nos subimos al bus a Manado, una antigüedad.  Las mochilas en la baca, con el sol del Ecuador se explota mas de un frasco. No nos vamos hasta que se llena, somos los únicos bule por aquí. Al llegar a Manado tomamos un mikrolet al centro, ya me oriento en la ciudad y su curioso transporte.  Voy aplastado por mis mochilas con el conductor en el asiento delantero. Los dos transportes valen un euro por cabeza. 


Intentamos quedarnos en el Istanaku Guesthouse pero no les queda sitio así que nos quedamos en el hotel de al lado, más triste,  pero suficiente. El día lo pasamos por la calle principal enfrente del mar. Necesitamos hamburguesa así que nos vamos al centro comercial. Tampoco aquí hay ningún bule así que de vez en cuando alguien se acerca a preguntarnos de donde somos pero en general son muy educados y  normalmente sólo nos saludan y sonríen.  Nos atiborramos de bollos recién hechos que ya teníamos ganas y no enteramos de la logística para ir a Gorontalo, el pueblo de  donde salen los barcos a las Togean.

Es un viaje largo. Nos vamos en un coche compartido con locales, en teoría más rápido y cómodo,  y sólo 150.000 rupias por cabeza, casi lo mismo que el bus. Vamos 7, un niño y una gallina. Nos lleva más de 11 horas, serán unos 450 km, pero además hay que buscar a los pasajeros y  luego dejarlos al llegar. La carretera es estrecha y una curva continua pegada al mar de las Célebes,  por la noche llegamos al de las Molucas. 


Por el camino atravesamos  zona rural y no nos detenemos en Tomohon,  tiene un mercado famoso con todo tipo de comida local, incluidos murciélagos,  ratas, serpientes, .... pero lo que nos echa  para atrás es la carnicería de perros, aquí son plato habitual. En cambio paramos a comprar algunos snacks y comemos al lado del mar, mas atún,  en la típica fonda local. Al ferry solo vamos la madre con el niño y nosotros, llegamos a las 7 de la tarde, noche cerrada así que de Gorontalo solo vemos luces de algunos negocios, como en Manado no hay alumbrado público. 

El puerto esta animado pese a la hora, este ferry sólo sale dos días a la semana así que hay mucho movimiento local.  Con esta frecuencia de ferries es importante planificar cuando vienes y estar atento a los horarios. Compramos un poco de comida y galletas de supervivencia, son otras doce horas en el barco. 

Nos sacamos billetes bisnis,  o sea un asiento que se reclina con aire acondicionado, unos seis euros. Por menos de un euro puedes alquilar una colchoneta y tumbarte en el suelo,  no hace falta porque esta zona va vacía y dormimos estirados en tres butacas. Allí nos volvemos a encontrar a la madre con el niño, quizás el más tranquilo que conozca, como de un año,  no se queja ni una vez que en las más de 24 horas que viajamos juntos. 

El barco carga los coches y los pasajeros y nos vamos, 40 minutos antes de la hora - nunca te fíes de los blogs que dicen que salen tarde, son la experiencia de un día-  en el barco hay una  zona con doble hileras de madera donde se apilan decenas de personas, allí se acuestan a dormir,  es como  un hostal de peregrinos gigante con calor ecuatorial. 

La verdad es que se mueve mucho al salir, pero leo un poco y al rato me quedo dormido, casi todo el viaje me lo duermo, así que se me hace corto cuando llegamos a Wakai a las 7.00 de la mañana. Wakai es el puerto principal de las islas Togean.  Salimos un poco atontados del barco y nos vamos a buscar el barco público para ir a la siguiente isla, nuestro primer destino aquí, Malengue.


Los barcos públicos no pasan todos los días,  no por todas las islas, y con unos horarios complicados. Por ejemplo hoy sale por la tarde, y llegaría a Malengue de noche, así que nos decidimos a charterizar - como dicen aquí- uno privado. Estaremos unos diez viajeros en Wakai, una pareja de franceses  muy agradables (ella claramente femme lunette) van en nuestra dirección así que compartimos el coste y se nos queda en 100.000 rupias por cabeza.

Nos vamos en una barca pequeña de patinadores, nos lleva Papa y su ayudante, nos lleva casi tres horas llegar, pero es una excursión en si misma, el agua es muy transparente, a veces verde, a veces azul. Las islas muy montañosas, con poco playa pero muy verdes, con pequeños pueblos de pescadores encima del agua en palafitos y cocoteros.


Estos son orang bajo, los gitanos del mar. Ya no tan gitanos, ya no viven en sus barcas, el gobierno ha construido estos pueblos sobre el agua, con sus casas de madera, sólo la escuela y la mezquita son de ladrillo y están en tierra. Todo esta muy limpio, hay muy poca población, poco viajero, insuficiente para estropear nada.


Ahora empieza el verdadero viaje por las islas, hasta ahora sólo hemos llegado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario